Evgueni Evtushenko Descendiste del techo del Kremlin no tan orgullosa ni tan diestramente como hace muchos años te izaste sobre el destrozado Reichstag, humeante como la última bocanada de Hitler. Adiós, Bandera Roja nuestra. Fuiste nuestro hermano y nuestro enemigo. Fuiste el camarada del soldado en las trincheras, fuiste la esperanza de la Europa cautiva. Pero, como una cortina roja, tras de ti ocultabas al gulag repleto de cadáveres helados ¿Por qué lo hiciste, Bandera Roja nuestra? Adiós, Bandera Roja nuestra. Acuéstate. Reposa. Recordaremos a todas las víctimas engañadas por tu dulce susurro rojo que sedujo a millones a seguirte como corderos camino al matadero. Pero te recordaremos porque no fuiste tú menos engañada. Adiós, Bandera Roja nuestra. ¿Acaso fuiste sólo un trapo romántico? Estás ensangrentada y con nuestra sangre te arrancamos de nuestras almas. Por eso no podemos arrancarnos las lágrimas de los enrojecidos ojos, porque tú ferozmente golpeaste nuestras pupilas co...
Contra la restauración capitalista en Cuba y por la Revolución Mundial