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Las encrucijadas de Cuba hoy y la lucha por el socialismo

Damos continuidad a la publicación de las ponencias de la mesa dedicada a Cuba en el 3er. Evento Internacional León Trotsky. En esta ocasión corresponde al trabajo presentado por la dirigente del Partido de los Trabajadores por el Socialismo, Claudia Cinatti. Recordamos que todas estas ponencias serán publicadas en las memorias del encuentro, libro el cual se presentará durante el 4to. Evento Internacional León Trotsky a celebrarse en noviembre próximo en Paraguay.


Las encrucijadas de Cuba hoy y la lucha por el socialismo 
Claudia Cinatti, dirigente del PTS

Buenas tardes: primero quería abrir una reflexión porque Cuba tiene un rol muy importante en América Latina. Si pensamos la Revolución cubana, fue un elemento de radicalización política que marcó a fuego las luchas del continente en toda la década del 60, y ahora estamos en un momento en el que, producto de que ese proceso que fue el primer estado obrero, burocratizado, conquistado en nuestro continente, está en decadencia y en degradación, está jugando un rol que es aprovechado por la propaganda capitalista, imperialista, para su campaña permanente anticomunista, borrando el gran logro de la Revolución cubana; después podemos discutir sus características peculiares y sus limitaciones, que fue mostrar que se podía derrotar al imperialismo, que se podía expropiar a la burguesía. 

Como todas las revoluciones de la posguerra, hay que verla dialécticamente: fue una confirmación en este sentido de nuestra teoría de la revolución, de que para avanzar en independizarse del imperialismo, en las tareas democráticas había que expropiar a la burguesía, lo que el Che Guevara denominó poco teóricamente la “revolución de contragolpe”, y a la vez era una negación de la Teoría de la Revolución Permanente, porque tenía una dirección que no solo era burocrática, sino que no iniciaba la transición al socialismo porque estaba en contra de la extensión internacional de la revolución. 

Entonces, solo podemos comprender la situación de Cuba, su desarrollo, su crisis actual, entendiendo que no se puede desarrollar el socialismo en un solo país, y por eso sigue muy relacionado el destino de Cuba con las luchas en Latinoamérica y la lucha contra el imperialismo. Esto como marco general.

En ese sentido, creo que Cuba efectivamente está en una crisis que se compara con el Período Especial, que era “en tiempos de paz”. Ahora el gobierno de Díaz-Canel habla de “economía de guerra”. Podemos discutir si hay algunos elementos mejores o peores, pero habla de una crisis muy fuerte ante la cual el gobierno y el régimen responden con medidas que profundizan esa misma crisis. 

En parte la explican razones coyunturales a las que me voy a referir brevemente, pero me interesa discutir las razones estructurales de esta situación. En lo coyuntural hay evidentemente un agotamiento del camino que siguió el régimen del Partido Comunista para darle una relativa sobrevida a la etapa que siguió al Período Especial que se basó en explotar el sector del turismo, la venta de servicios profesionales, y sustituir, en última instancia, el rol que cumplía la Unión Soviética con el petróleo venezolano durante el régimen de Chávez. 

Esto sufre un golpe por problemas objetivos de la situación internacional, la pandemia, el turismo se está recuperando pero no juega el rol que jugó en ese momento, y el cambio de gobierno norteamericano, puso fin a esa etapa de “deshielo” que había iniciado Obama con una cierta flexibilización del bloqueo, y con Trump volvió la política dura de Estados Unidos. Volvieron todas esas medidas que luego siguieron con Biden.  

Esa es la coyuntura que hace que Cuba esté en una situación en la que las variables que sostenían una economía pobre, pero que se sostenía, están seriamente cuestionadas, a lo que el gobierno responde con medidas que profundizan esa situación. Díaz-Canel, no me voy a remontar a Raúl Castro de lo que esto es continuidad, inició la Tarea Ordenamiento, la unificación monetaria que produjo una devaluación muy fuerte y no liquidó la dualidad, liquidó la doble circulación, pero no la dualidad, porque sigue habiendo un sector que recibe dólares porque está ligado a los sectores de la economía que generan esas divisas, y la amplia población que no tiene acceso a divisas, no tiene acceso a las tiendas que venden en moneda libremente convertible, etc. Es decir, profundiza el problema porque profundiza la desigualdad, y profundiza la creación de bases materiales internas que son la base de la restauración capitalista.

Pero voy a tratar de referirme a las cuestiones estructurales. Esquemáticamente, yo diría que hay externas e internas. Externas, la existencia de la burguesía cubana en el exilio y la hostilidad y el bloqueo norteamericano, son un elemento. Los compañeros siempre señalan el uso y abuso por parte del régimen del Partido Comunista del bloqueo como justificación de sus propias políticas, pero es un elemento actuante y tiene un peso muy importante porque ahoga una economía ya aislada y más debilitada. No tienen acceso al crédito, por la Ley Helms-Burton se aplican sanciones a terceras empresas, incluso compañías que no son estadounidenses, y eso hace la vida mucho más difícil. Entonces existe, y no es un elemento menor.

Entonces, en primer lugar, la existencia del bloqueo y la presencia de la burguesía a 140 kilómetros de la isla, que hace que el elemento estructural interno que es el programa que tiene la burocracia del Partido Comunista desde los 90 en adelante, que es ir a una restauración capitalista gradual siguiendo el modelo vietnamita, fracase. Fracasa porque no están las condiciones dadas. Primero, Cuba no tiene la escala de la economía China o Vietnamita, o sea, no tiene esa significación para el imperialismo internacional. Segundo, porque esa burguesía exiliada empieza a tener una base importante que no ve la necesidad de tener que negociar y mantener la mediación del régimen actual, y quiere ir a una restauración completa. 

Eso hace que sea ilusorio este programa de restauración a la vietnamita, y es lo que estamos viendo que está en crisis. A pesar de que el régimen toma medidas que favorecen a las fuerzas pro capitalistas, no es solo que la planificación es burocrática, el problema es que tiene un programa de restauración y que hace 30 años, está reproduciendo, a veces a un ritmo más acelerado y otras veces quizás levantando el pie del acelerador, pero de conjunto, el sentido de la flecha es la reproducción de medidas pro capitalistas, que generan la base interna social de la contrarrevolución. Son fuerzas materiales las que se crean. 

Por ejemplo, las Fuerzas Armadas, es una base material, de privilegios, la propia burocracia, que es una de las fuerzas de la restauración. La creación de las Mipymes, desde el punto de vista capitalista, no es el gran capital, el régimen trata de evitar que lleve a la concentración capitalista. Eso es imposible, lo podrá frenar por un tiempo, pero la tendencia es a que esta base social a la cual el gobierno le da facilidades, es hostil al propio régimen.

Entonces, hay un complejo, las fuerzas de la restauración externas, que actúan, el imperialismo, la burguesía en el exilio, con relación a fuerzas internas que se van creando producto también del propio programa de la burocracia de la restauración capitalista. Esto es importante, no es solo un problema ideológico, sino de fuerzas que se van creando y que van creando situaciones sociales y políticas complejas. 

¿En qué momento estamos? Para ir también a la discusión programática. Creo que se ha avanzado mucho en ese proceso de degradación de conquistas históricas, se ha avanzado, justamente por la aplicación de este programa, que se degraden elementos que incluso eran el orgullo de los cubanos y de los latinoamericanos de conjunto: la salud, la educación, conquistas muy importantes que no tiene la clase trabajadora en otros países de América Latina e incluso de otros mucho más ricos. 

Esas conquistas se van degradando y avanza, efectivamente, una lógica capitalista que por ejemplo hace que la inversión fundamental del Estado se reduzca en esos sectores y aumente en sectores del turismo, profundizando las desigualdades y las condiciones muy difíciles de vida del conjunto de la población que explican en última instancia el semi estallido del 11 de julio que efectivamente fue una movilización que tiene todas estas premisas materiales por detrás. En parte también por lo que decía Frank: a trabajadores que son absolutamente explotados en estos nuevos emprendimientos capitalistas, que trabajan sin derechos, que no tienen organización sindical, o que son absolutamente informales, cuentapropistas, etc., y que enfrentaron una situación que se fue haciendo todavía más difícil con el último paquetazo del gobierno, de principios de año que aumentó el combustible un 500%, tarifazo, etc., profundizó mucho esta cuestión. 

Ahora bien, ¿qué hacemos? Porque somos revolucionarios y queremos que en Cuba se retome una perspectiva socialista. Desde nuestro punto de vista, sin enfrentar el bloqueo imperialista y sin partir de la defensa de lo que quede, en el nivel en que está, es muy difícil desarrollar un programa socialista revolucionario. Nos parece equivocado considerar que una tarea que todavía tiene pendiente la propia burocracia, la burguesía, el imperialismo, y que no sabemos qué procesos va a dar, que es la restauración completa del capitalismo en la isla, la demos por concluida cuando los propios actores que la están llevando adelante, consideran que les falta y que tienen dificultades para llevarla adelante.

Entonces, partimos de un programa que responda a las necesidades concretas, el salario, la jubilación que es bajísima, de hambre, y que tienda a transformar a la clase trabajadora en verdaderamente clase dirigente. Eso no se puede hacer sin combatir al régimen de partido único, sin pelear por el derecho a la organización sindical y política de la clase trabajadora, porque efectivamente, es muy difícil que una clase se plantee tomar o retomar los destinos de su país en sus propias manos si no tiene libertad sindical y política y es oprimida bajo un sistema de control social por parte de la burocracia del Partido Comunista.

Hay un sentido común que dice “con lo único que se va a salir de esto es con capitalismo y democracia”. Tenemos la experiencia de los países del Este europeo que efectivamente se volvieron capitalistas, pero esas expectativas democráticas la verdad es que por ejemplo cuando Orban en Hungría o los gobiernos polacos liquidan los derechos elementales como el aborto, etc., se vieron frustradas. 

Entonces, veo muy auspicioso el surgimiento de una izquierda cubana de compañeros que avanzan en su reflexión desde el fidelismo crítico, o sea de tratar de volver a los orígenes, hacia el trotskismo. Esa es la dinámica que yo veo hacia elementos de trotskismo, por ejemplo escuchando a Celia Hart, que los compañeros de Comunistas Cuba volvieron a publicar una entrevista suya, que es muy interesante porque ella era una mezcla de fidelismo de izquierda y trotskismo, y yo creo que ahora se ha avanzado en un sentido más trotskista. Entonces creo que la clave también es la relación que tengamos la izquierda revolucionaria trotskista en América Latina con esos compañeros. Desde el Frente de Izquierda colaboramos con los debates y también en la campaña por la liberación de los presos del 11J. En eso está nuestro camino, en tratar de poner en pie esa dimensión internacional antiimperialista que tiene la Revolución, que es lo que ha liquidado la propia burocracia del Partido Comunista Cubano. 


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