Dando continuación a la publicación de las ponencias que se presentaron en el 3er. Evento León Trotsky como parte del panel sobre Cuba, presentamos ahora la intervención de nuestro compañero Frank García Hernández. Agradecemos especialmente a Izquierda Socialista por habernos facilitado la transcripción de esta ponencia.
Mi ponencia inicia con una pregunta que puede generar dudas al respecto y es ¿Es posible un movimiento piquetero en cuba?
Para esto hay que tener en cuenta algo muy importante: es el sujeto que sale a protestar en Cuba ¿Quién conforma socialmente las protestas populares en Cuba que estallaron el 11 de julio de 2021, que de una manera u otra se han mantenido constantemente sucediéndose todos los años? Ahora en marzo de este año [2024] hubo uno muy grande que estremeció Santiago de Cuba y fue esparciéndose hacia otras provincias. Estamos hablando desde el oriente hasta el occidente de la Isla.
El sujeto que sale a protestar en las calles cubanas es un sujeto social que está precarizado. Tiene un salario muy bajo, muchas veces está semiempleado, en otras ocasiones vive del mercado informal. Y en el imaginario colectivo de ellos el Estado tiene una representación negativa. El Estado en el imaginario colectivo de estos sectores precarizados que son los que están básicamente siendo los que salen a protestar, es nada más el cobrador de las tarifas de la electricidad y el agua, es el policía, es esa persona desconocida que quita la electricidad. Para ellos el Estado son centros de salud que están deteriorados, la libreta de abastecimiento cada vez más desangrada. Y una cosa muy importante, ellos no dependen del salario estatal. Porque tiene un salario muy pobre, son gente que quizás trabajan de custodio, diriamos nosotros, seguridad de un centro de trabajo; la que limpia el piso; o están semi contratados, ganando algo muy pequeño aquí o allá. Y por tanto esa relación de dependencia laboral con el Estado en esas miles de personas que han salido a protestar es muy débil o no existe
Esto es importante entenderlo porque el Estado cubano tiene un control muy grande en la clase trabajadora, sobre todo en los centro de trabajo estatal. En los centros de trabajo estatal hay tres instrumentos de control político. Están el núcleo del PCC, la célula creo que dicen aquí, el comité de base de la UJC y el sindicato. El sindicato que es completamente estatal, responde completamente a la administración.
A todo esto hay que sumarle, porque los otros días estaba hablando con un compañero de Izquierda Socialista, Adolfo Santos, y me decía: pero puede suceder como en Polonia que con la convulsión política se dio paso a la creación de sindicatos autónomos como el sindicato Solidaridad. Precisamente de eso también quería hablar: en Cuba hay que entender que en la Revolución cubana se hizo una transformación social radical con un amplio apoyo popular. Y eso es algo que la contrarrevolución pierde muchas veces de vista. La diferencia de ellos, la clase trabajadora de Polonia, no solo de Polonia, sino la clase trabajadora de la Europa del este, se encontraba en una realidad donde la burocracia no tenía ningún carisma, no había dirigido ninguna revolución. La burocracia dirigente incluso la había puesto a dedo el Kremlin. En el mismo caso de Polonia es necesario recordar que cuando las protestas del sindicato Solidaridad en 1980 llegan a tomar una fuerza tan grande que estuvo en riesgo de caer el régimen de Jaruzelski, Brézhnev amenaza a Jaruzelski diciéndole que si él no puede controlar las protestas la Unión Soviética va a intervenir y solucionar la cuestión. Eso es algo que no sucede en Cuba. El mismo Andrópov, que es quien sucede a Brézhnev cuando fallece en 1982, le dice a Raúl Castro en persona en Moscú que si Estados Unidos invade a Cuba la URSS no iba a intervenir militarmente. Dijo el mismo Andrópov: No vamos a ir a Cuba a que nos rompan la cara. Porque ellos estaban en una situación militar muy complicada en Afganistán.
Más allá de esto, lo que también hay que entender es que la popularidad de Fidel Castro hizo que las mayorías durante décadas vieran en el gobierno revolucionario a sus legítimos representantes, y por tanto todos los que estaban en la oposición eran la contrarrevolución. Y en los hechos básicamente, después de la desaparición del pasado partido trotskista cubano, el Partido Obrero Revolucionario Trotskista, -desaparecido en el 73-, básicamente la oposición se limitó a la contrarrevolución, y cuando estoy hablando de la contrarrevolución son grupos que no tenían vergüenza de estar financiados, apoyados, armados por los Estados Unidos. Si tienen un tiempo googleen, lo ponen en inglés, “Manual de la contrarrevolución cubana”. Es un documento que está descalsificado por el Departamento de Estado, y es un largo documento en el que aparecen todas las organizaciones que tenían vínculo con los Estados Unidos en octubre del año 68.
Una de las cosas que le preocupaba mucho a Fidel Castro era que no se expandiera el sector de la economía privada. Esto contrastaba con el caso Nicaragua donde Fidel no propone a los sandinistas expropiar a la burguesía en general. Incluso en una entrevista muy famosa con Fidel, que le hace el periodista español, Ignacion Ramonet, Fidel narra la anécdota de cuando él se reúne con un importante secretario general del PC francés y le dice: cuando ustedes hagan la revolución no expropien a la mediana burguesía porque sino no van a tener esos queso ricos que ustedes traen, y esos vinos.
Esto te da cuenta de que la idea de Fidel a que no se expandiera el sector de la economía privada en Cuba no solo partía de una perspectiva anticapitalista. A Fidel también le preocupaba mucho que al expandirse una burguesía nacional naciera con ella un sector de la clase trabajadora que iba a estar por fuera del control del Estado, porque quien le iba a estar pagando a los trabajadores del sector privado no era el Estado, sino la burguesía.
Y esto es algo que sucede hoy en Cuba, y es esa masa que está trabajando en el sector privado, en los barrios precarizados, que no tienen ningún derecho laboral. Imagínense que en Cuba existe algo que se llama Sindicato de Trabajadores por Cuenta propia. Ese supuesto sindicato de trabajadores por cuenta propia agrupa a todos los trabajadores del sector privado y a los propietarios también. Entonces el burgués y los trabajadores están en un sindicato inexistente e ineficiente que nadie se afilia. Y estos son trabajadores que trabajan en condiciones laborales similares al origen del capitalismo. Sin derecho a enfermarte, sin derecho a vacaciones, sin derecho a licencia por embarazo.
Entonces estamos viendo a un trabajador en una situación de precariedad laboral y tenemos a los otros trabajadores que dentro del Estado, dentro del sector estatal no se arriesga a organizarse.
Tenemos otro sector que sí se ha ido coordinando una especie de oposición, y es la intelectualidad. La intelectualidad es innatamente crítica. La intelectualidad sin el derecho a la libre expresión va muriendo.
Desde el 2014 en adelante la burguesía cubana va a tomar fuerza y llegará a tener un carácter de clase para sí, dejando atrás el inicial carácter de clase en sí. Es una burguesía básicamente cultural que nacía con el capital de cineastas, con el capital de artista de la plástica, o matrimonio extranjeros que había tenido algún tipo de vínculo con el mundo del arte, principalmente en Europa. Esto provocó que cuando esa nueva burguesía que se consolida como clase en sí en 2014 y se va expandiendo, comienza a generar en torno a ella todo un ámbito cultural generando sus propios espacios de ocio, su propio espacio de cultura. Y ayudó también a que financiaramente se consolidara una institución que se llamará la Muestra de Jóvenes Realizadores, que era una institución del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica. Estos jóvenes que se habían agrupado, que el Estado había intentado cooptar dándoles incluso una sede física, como el Estado no era quien financiaba sus producciones audiovisuales, ellos empezaron a ganar mayor independencia. E innatamente eran jóvenes muy críticos con el gobierno cubano. Que lograban tener financiamiento tanto por vincularse a la burguesía liberal habanera a la cual me estaba refiriendo, como por hacer los famosos crowfunding, en lo cuales con plataformas digitales recibían financiamientos de diferentes instituciones culturales extranjeras y también de algunos gobiernos europeos que tienen fondos destinados a la ayuda del cine en los países del sur global.
Tenemos entonces que ellos fueron quienes estarían en las protestas del 27 de noviembre del 2020 -hubo una gran protesta inédita frente al Ministerio de Cultura, exigiendo libertad de expresión, libertad de organización para los artistas, intelectuales-. Estas protestas dieron paso a una pequeña agrupación que fue creciendo que se llamó el 27N. El 27N fue una plataforma que agrupó a intelectuales desde derecha, abiertamente anticomunistas, hasta de centro, y algunos que somos comunistas. Entre ellos estaban socialistas y libertarios, cuando digo libertarios me refiero al término original de la palabra. Entre ellos Maykel Gonzalez Vivero, el que era entonces director de la revista Tremenda Nota.
El 27N y otras expresiones de oposición cultura pudo ser una buena plataforma. Sin embargo, el mismo hecho de prácticamente limitarse a los derechos civiles provocó que cuando estallan la protestas el 11 de julio, los remanentes del 27N -el acoso estatal había sido muy grande y habían caído las principales cabezas del 27N-, en vez de ir a donde estaban transcurriendo las protestas populares, deciden irse a un canal de televisión para pedir un derecho a réplica a lo que había dicho Díaz Canel. Es decir, hay un desenfoque total. Las protestas populares que están reclamando medicamentos y alimentos sucediendo en un lugar de la capital y este grupo de intelectuales se va a otro punto de la ciudad, completamente ajeno, donde no hay protestas, para hacer otro tipo de reclamo.
Esto habla de la falta de un programa político, de las necesidades políticas y sociales, porque al intelectual le van cortando la libertad de expresión, la libertad de creación y a la misma vez le están cortando la forma de subsistir. Porque si no tiene cómo producir, es como si al campesino le quitaran las herramientas de trabajo. Entonces te encuentras con esta situación, de que la mayoría de los precarizados son los que están saliendo a protestas.
Yo leía el otro día sobre el movimiento piquetero en general en Argentina, veía que el movimiento piquetero empieza a organizarse cuando esos trabajadores están en esa situación de desempleo crónico, bien precarizado, no tiene cómo organizarse en la fábrica, entonces pasan al corte de ruta. Y es lo que sucede en Cuba también: un trabajador precarizado no tiene, por otros motivos no por el desempleo sino por la represión, no tiene cómo organizarse en la fábrica y en los centros estatales, y han recurrido al mismo método. En Cuba han recurrido al corte de ruta, tal cual: corte de ruta. No han llegado a ese paso próximo que sería organizarse. En consecuencia, bajo las circunstancias que se están presentando en Cuba sería más viable la construcción de un movimiento que organice al sector precarizado en Cuba, que construir sindicatos autónomos en los centros laborales estatales. Es verdad que lo ideal sería poder construir sindicatos autónomos, pero hay que ver qué está sucediendo, quiénes son los que están saliendo a protestar, quiénes son los que están dispuestos y cuáles son las condiciones. En la lucha de clases no se puede decir nunca que no. A lo mejor en Cuba finalmente suceda esa gran convulsión social que muchos esperamos y esto pueda generar consejos obreros en las fábricas. Pero una cosa es lo que se desea y otra lo que estamos viendo.
Además, en estos barrios periféricos donde el Estado tiene muy poca intervención, sería hasta más fácil construir estos movimientos.
Cierre
Por qué la ponencia mía se llamaba si era posible hacer un movimiento piquetero en Cuba. Y es por la obsesión que tenemos de organizar a la clase trabajadora. Porque no nos podemos quedar nosotros en la idea de que hay que hacer la revolución social y política. A nosotros nos emociona y nos alegra, y necesitamos el apoyo de cuanta organización revolucionaria sea posible. Y han sido nada más los trotskistas, con muy pequeñas excepciones, quienes han estado con nosotros. Pero esta tarea revolucionaria es nuestra, es decir, de los comunistas en Cuba, sino ¿quién la va a hacer?
Entonces por ello, no es un capricho preguntarse qué sujeto está saliendo a protestar. Analizar, tener un mapa político: los que están saliendo a protestar es el sector precarizado. Pero esas protestas son espontáneas, esas protestas no tienen ningún tipo de organización política. Por otra parte está la izquierda crítica, que es un amplio espectro político, y como es un amplio espectro político ahí adentro hay de todo. Hay gente que se asume socialista republicano, anarquistas, abiertamente socialdemócratas, trotskistas, etc.
Es decir, la idea de organizar… sino se quiere poner movimiento piquetero, no se le pone el nombre, pero sí organizar al sector precarizado de la clase trabajadora cubana que es la que está saliendo a protestar es una cuestión casi inmediata. Porque lo que tenemos arriba es ese gran peso de que si es posible de que se termine de tomar una rumbo radical, una explosión popular que provoque la caída del régimen cubano. Y ahí viene la gran pregunta ¿qué sucede entonces si estalla una explosión popular y cae el régimen cubano? Realmente la izquierda crítica ¿es capaz de tomar la conducción de esa protesta popular?
Yo creo que conociendo a casi todos los referentes de la Izquierda Crítica cubana, sé que ninguno va a tomar el micrófono y mentir y decir “Sí, somos el partido de vanguardia y tenemos la gran capacidad de conducir esa revolución”. Todavía estamos en una construcción que la describió muy bien el compañero de Política Obrera: “brotes de trotskismo”, yo diría “brotes de izquierda socialista”. Pero lo de “brotes de trotskismo” es muy interesante, porque en esa amplia Izquierda Crítica, todos, ya sean socialistas republicanos o socialistas democráticos como algunos están refiriéndose, o nosotros que somos comunistas, todos leemos La Revolución traicionada no como mera curiosidad intelectual, sino para poder explicarnos lo que está sucediendo en Cuba. Esto es fundamental en cómo construir la organización.
Cuando yo estaba escribiendo la ponencia alguien que la leyó me decía “Sí, pero el movimiento piquetero en Argentina tiene la ligazón de los planes sociales”. Eso no sería un problema para nosotros porque al gobierno cubano no se le ocurriría dar ni un solo peso. Está retrocediendo tanto el gobierno cubano en la cuestión social que en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Departamento de seguridad social que era como el vice ministerio de seguridad social, desapareció y lo pasaron a una secretaría minúscula. Supuestamente, ni más ni menos se usó este mismo término, se hizo para reestructurar el estado. Son término muy similares a los de Milei. Yo recuerdo cuando José Castillo escribió un artículo, fue el primero que publicó un artículo comparando el paquetazo del gobierno cubano en 2024 con el de Milei. Me telefoneó alguien rápido y me dice “viste la exageración de José Castillo?”. Yo dije, mire compañero no es ninguna exageración. Y después inmediatamente todas las organizaciones lo dijeron porque era real. El mismo paquetazo que ya quisiera Milei poder aplicar sin la resistencia que tuvo.
Si van ahora a Cuba te lo van a decir: Me siento igual que en la década de los 90. Porque en la década de los 90 que habíamos perdido el 77% del comercio exterior, el PBI había caído a -13%, las tiendas estaban vacías, se hacían colas de horas para comprar una lechuga. Ahora no, las tiendas están aparentemente provistas… ¿Por qué la clase trabajadora cubana percibe que está igual que en los 90? Porque el Estado se replegó, como dice el compañero Kane, ya casi no hay control del comercio exterior y dentro de esta misma Izquierda Crítica hay sectores que aplauden furibundamente estas medidas como ya sucedió en China: la intelectual democrática apoyó la expansión del sector privado porque piensa que aumentando la burguesía el Estado pierde el control. Cuando el gobierno está impulsando la burguesía y cada vez más forma parte de negocios privados.
Algunos dijeron que hay que apoyar ese sector de la economía privada, porque ese sector de la economía privada está aportando el 44% del comercio interior. Sí, claro que lo está haciendo, no porque sea eficiente sino porque el Estado se retiró de ese 44%. El Estado se replegó. Y el que haya ido hace unos pocos años a Cuba verá que está repleto, verá que la gastronomía está repleto, se privatizó. Y eso dañó muchísimo a la clase trabajadora cubana porque había muchos dispositivos para comprar alimentos a precios subsidiados, porque había un salario de 20 dólares mensuales. Me acuerdo cuando Savas Matzas me invitó a Grecia a dar una charla, sucedió algo cómico, que yo dije que el salario cubano hasta mayo era de 20 dólares mensuales y oí un murmullo. Y después dije, pero hubo una suba de salario en junio y otra vez un murmullo de “ah se solucionó”... a 40 dólares. Y todo el mundo se asombró, porque un alza de 20 dólares es nada. Teníamos mucho apoyo del sector de la gastronomía, del comercio interior, las subvenciones. El gobierno cubano actual retiró casi todas las subvenciones en el sector del comercio minorista interior.