IA, Trump, barbarie capitalista y tasa de ganancia

Por Emiliano Monge, historiador trotskista argentino 

El lanzamiento de una IA china y el auge de esta tecnología en un mundo de capitalismo marcado por la ultraderecha y la guerra ha generado que las izquierdas reflexionen también sobre este aspecto. Si bien el típico sector campista celebró la presentación exitosa de la IA china, otros analizan desde el marxismo revolucionario el impacto de esta tecnología en la clase trabajadora.


Las empresas altamente automatizadas absorben el plusvalor generado por el capital intensivo en mano de obra. Se llama transferencia por nivelación de la tasa de ganancia. Pero esto no resuelve el problema si la mano de obra no es explotada a un nivel más alto que la masa de capital que debe valorizar. Pero la IA funciona como capital constante, no crea valor, sino que lo transmite al producto final, no crea plusvalor, lo demanda de una mano de obra que cada vez es más explotada, y encuentra en los límites biológicos un freno a esa acumulación. La guerra es un ejemplo de la necesidad del capital de destruir una parte del capital "viejo" y concentrar y centralizar la producción (que es lo que vemos, incluso durante la pandemia). Pero ni eso alcanza para elevar la tasa de ganancia. 

La actual fiebre por la IA es inducida no solo por los avances tecnológicos, sino por las crecientes frustraciones a la hora de encontrar mano de obra barata, indican los economistas marxistas. Dado que las máquinas no producen ningún valor, y solo lo produce el trabajo vivo, sin las masas de trabajo concentradas en algunas ramas de la industria y (para los magnates de la IA que ahora se reúnen alrededor de Trump) en partes remotas del mundo que preferirían olvidar, un capitalismo completamente automatizado sería uno en el que la tasa promedio de ganancia caería drásticamente. O sea, imposible. No duraría ni un segundo y todo colapsaría. 

Dos conclusiones políticas para que se entiendan los argumentos de arriba: vivimos en una época donde la "tecnología" llamada IA (amplio espectro) es un mecanismo de reducción de tiempos y simplificación de tareas que demanda mano de obra barata, que ya escasea en el mundo, como forma de elevar la tasa de ganancia (plusvalía relativa). Sin embargo, esta tecnología no produce ningún valor, pero demanda una masa de energía e inversión enorme. La presión sobre la fuerza de trabajo lleva a la extensión de la jornada y la intensidad, plusvalía absoluta, cuya forma más descarnada sería la esclavitud, bajo un régimen criminal, totalitario o fascista (que por medio de la coerción intenta evitar la suba de salarios). De la esclavitud asalariada a la esclavitud formal hay un paso, la barbarie que no es otra cosa que la derrota de la revolución. No es casualidad que los dueños de las empresas tecnológicas hayan saludado y estado en la asunción de Trump, un presidente fascista. Estamos en esta barbarie, no es una opción. La única salida es el socialismo. 

Por otro lado, para impulsar su proyecto político Trump está transformando EEUU en Gaza, su propia población es un campo de refugiados que sirve como globo de ensayo de una sociedad fascista, donde hay que denunciar al inmigrante, a la persona LGBTIQ o al comunista. Lo mismo se puede aplicar a Milei, pero en versión bananera.La Gazatización de EEUU es un proceso que ya vimos otras veces en la historia.