Cuba: 30 años de las protestas del 5 de agosto

 


Hace 30 años estallaba la primera protesta popular en Cuba después del triunfo de la revolución. En Cuba todos hablábamos de ella como “el 5 de agosto”, pero después supimos que en el extranjero se había construido el término “el Maleconazo”. Se construían dos historias, pero la realidad fue una sola y la vivió -sufrió- la clase trabajadora cubana.

Treinta años después salta la pregunta: ¿Qué tuvo en común el 5 de Agosto con el 11 de Julio? Aunque pareciera lo contrario, muy poco. Las protestas del 5 de Agosto no tuvieron las consecuencias políticas del 11 de Julio: Fidel Castro terminó aún más reforzado políticamente. En el imaginario colectivo quedó grabada la imagen de Fidel Castro llegando prácticamente sin escoltas a la protesta y cómo los mismos manifestantes que gritaban “Abajo Fidel”, pasaron a corear “Esta calle es de Fidel”. Solo es comparable a cuando un padre irrumpe en la fiesta que sus hijos estaban haciendo en la casa desafiantemente y sin su autorización. El testimonio fue narrado por varios de los manifestantes y el hecho quedó afirmado en la memoria popular. Por otra parte, Fidel Castro supo también golpear a su principal rival: Estados Unidos, quien venía estimulando la emigración ilegal vía marítima como recurso para desacreditar políticamente al gobierno cubano. Precisamente el estallido de las protestas del 5 de Agosto fue la riña entre un policía y un grupo de personas que intentaron secuestrar una lancha de pasajeros, donde el oficial terminaría muerto. La imagen del joven policía muerto flotando en el mar sensibilizó a las grandes mayorías que tenían muy fresco el crimen de la base naútica de Tarará, cuando un grupo de contrarrevolucionarios asesinó a mansalva a cuatro jóvenes guardafronteras para secuestrar una embarcación e irse a Estados Unidos. Por otra parte, menos de un mes atrás, el gobierno cubano había impedido la salida ilegal de un remolcador con al menos treinta personas y en su accionar, accidentalmente o no, provocó el hundimiento de la embarcación, causando incluso la muerte de niños. El gobierno entonces tenía el control absoluto de los medios de comunicación y el rumor circuló muy limitadamente, siempre desacreditado por la duda que generaba el hecho de ser una noticia vinculada a la oposición. 

Al día siguiente del 5 de Agosto Fidel Castro hizo la movida política más audaz del momento: echó abajo el Muro de Berlín tropical, permitiendo que quien quisiera se podía ir en balsa hacia Estados Unidos. Las cifras distan entre ellas según las fuentes, pero en los hechos, la ola migratoria de balseros cubanos fue uno de los factores que provocó la derrota de Bill Clinton en su intención de realizar un segundo mandato. Una delegación de Amnistía Internacional creada especialmente para la crisis migratoria de los balseros reportó en su informe oficial que, entre el 19 de agosto y finales de septiembre, fueron trasladados a la estadounidense Base Naval de Guantánamo al menos 32 mil cubanos capturados en el Estrecho de la Florida por los guardacostas de EE.UU. Si las cifras más radicales de la crisis de los balseros generada por el 5 de Agosto no llega a 50 mil cubanos migrantes, entre 2022 y 2023 dejaron Cuba poco más de un millón de personas. 

Pero si con El Maleconazo Fidel Castro se legitimó aún más como el máximo líder, el 11 de Julio fue el quiebre definitivo entre las mayorías populares cubanas y el gobierno de Díaz-Canel. Tanto el presidente cubano, como el comandante de la Revolución Ramiro Valdés, fueron abucheados cuando intentaron dialogar con los manifestantes aquel domingo 11 de Julio. Los videos del suceso recorrieron el mundo. Por otra parte, las protestas del 5 de Agosto estuvieron localizadas en un pequeño sector de La Habana, todo lo contrario al 11 de Julio cuando hubo manifestaciones populares en varios lugares de la capital y en casi todas las provincias. Al mismo tiempo, la represión de las autoridades el 5 de Agosto fue mucho menor que las del 11 de Julio donde hubo hasta un muerto. Básicamente, las protestas del 5 de Agosto fueron disueltas por el mismo Fidel Castro, mientras que las del 11 de Julio tuvieron que ser sofocadas por la represión policial, llegando a dispararse contra la población civil. Tras el 11J Díaz-Canel terminó con una popularidad a la baja y la sumatoria de protestas-represión provocó un quiebre irreversible entre las mayorías y los gobernantes.

Casi ningún cubano de los que vivieron las protestas del 5 de Agosto imaginó entonces que treinta años después Cuba estaría atravesando una similar o peor crisis económica. La isla se hunde y no es por un terremoto, sino por el colapso político del gobierno y su pésima gestión.

Pasaron treinta años y ninguno de los entonces mandatarios dirige Cuba. Los nuevos dirigentes, todavía tutelados por la vieja guardia de la Revolución, dan muestras de no saber qué hacer. 

En la sociedad cubana priman dos ideas: o economía estatal o libre mercado. El eufemismo de “nuevos actores” o “mipymes” para referirse a la burguesía es un término común y con apoyo popular ¿Por qué no se piensa en los trabajadores de las mipymes que se ven sometidos a jornadas laborales al estilo de los orígenes del capitalismo? ¿Por qué no se piensa que existe otra salida más allá de la reaccionaria idea de o economía estatal ineficiente o sector privado? No es imposible que la clase trabajadora tenga por primera vez el poder: la gran Revolución cubana tiene muchos méritos, pero aunque la clase trabajadora fue la protagonista, nunca dirigió el proceso político. La clase trabajadora en el poder no generará el desastre que hoy vive Cuba provocado por la ineptitud, la burocracia restauracionista y décadas de un sistema autoritario. El capitalismo solo convertirá a Cuba en otro país tan miserable como cualquiera de Centroamérica. 

Una explosión social más fuerte que el 11 de Julio es una realidad tan palpable como el descontento social en Cuba. Si estalla y el gobierno cae ¿Qué vendrá después? El admirado Fidel Castro educó a sus millones de seguidores a no pensar en otro futuro que no fuera Cuba conducida por el PCC. Ahora que el PCC está falleciendo y en su muerte conduce a la clase trabajadora hacia el cementerio, ahora que han pasado treinta años del 5 de Agosto, regresa la pregunta leninista ¿Qué hacer?