Tras una semana sin agua, un grupo de mujeres cubanas protestaron cortando una ruta. El hecho, que tuvo lugar en la empobrecida localidad de Maisí, municipio más oriental de la isla, sucede cuando la zona atraviesa una profunda sequía en medio del calor. Las autoridades, que habían dejado en el olvido a la población, rápidamente aparecieron en el lugar acompañados de la policía, desmantelando el corte de ruta, el cual se había hecho con los tanques de agua vacíos. Aunque no hay denuncias de detenciones, es de esperar que estas tengan lugar próximamente o se tomen diferentes formas de represalias.
Es de destacar que aunque, obviamente, los hombres de la localidad también se encontraban afectados por una semana sin agua, el corte de ruta fue encabezado por mujeres, quienes estuvieron con sus hijas e hijos. En contraste, salta a la vista que quienes reprimen son hombres. La pobreza y delgadez casi famélica de las manifestantes y sus pequeñas hijas e hijos, contrasta con el robusto represor, quien evidentemente no sufre las condiciones a las que se ven expuestas las mujeres que él reprime.
Como se puede ver en el video, son personas humildes, vestidas con ropa de verano, una de las cuales se desmaya por el calor. Los videos recuerdan dolorosas imágenes de antes de la Revolución, cuando el campesinado cubano vivía desprotegido y olvidado, en condiciones muchas veces de miseria y todo tipo de protesta era reprimida.
La mujer trabajadora sufre doblemente la crisis económica al ser ella quien se enfrenta a la cotidianidad de un hogar desabastecido de alimentos, productos de aseo y ahora sin agua. Es a ella, a la madre, a quienes le piden comida y agua sus hijas e hijos. Son ellas las que después de la jornada laboral continúan trabajando para la familia, sometidas a un esquema machista, fuertemente presente en la región oriental de Cuba, donde tuvo lugar esta protesta. Este corte de ruta encabezado por mujeres humildes es también una pequeña rebelión contra el sistema patriarcal opresor que refuerza su carácter machista como parte inevitable de la transición al capitalismo.
Al mismo tiempo, esta protesta demuestra el quiebre de la hegemonía política del gobierno. Situaciones similares, es decir, prolongada falta de agua, han sucedido muchas veces a lo largo de Cuba. Sin embargo, anterior a las protestas del 11 de julio, en Cuba las manifestaciones contra el gobierno eran algo impensable. Pero no sólo han sido las protestas del 11 de julio lo que dio paso al uso de espacios públicos para protestar (exponiéndose a una fuerte represión): ha sido también la caída de la popularidad del gobierno, el alejamiento de los burócratas de las mayorías populares y por tanto la falta de identificación de las mayorías populares con el discurso del gobierno. La violencia con que irrumpen las autoridades en el corte de ruta, sin ninguna intención de diálogo, es otra evidencia de que a la burocracia dirigente no le importa escuchar al pueblo trabajador. Cada día más, la burocracia dirigente cava su tumba política.
Desde Comunistas Cuba exigimos la atención urgente para la población desatendida de Maisí. Esto no es un caso excepcional. En la transición al capitalismo que encabeza la contrarrevolucionaria burocracia dirigente, está implícita el recorte de políticas sociales y por tanto, la desatención a la clase trabajadora. En la transición al capitalismo está implícita la represión a la clase trabajadora. Estas situaciones solo comienzan. El espiral de deterioro económico- protestas-represión puede llegar a la caída del gobierno y solo una solución revolucionaria logrará satisfacer las demandas de la clase trabajadora. El retorno al capitalismo, como sucedió en los países de la Europa del Este, solo agravará la crisis y la represión contra las mayorías populares.
Vea videos de las protestas en este post de Facebook: