Wuambushu: fase superior del colonialismo francés
Julien Anchaing
Wuambushu, es el nombre de la última operación
colonial y policial a gran escala orquestada por Macron en Mayotte, un
archipiélago de islas considerado territorio francés de ultramar, ubicado entre
el Canal de Mozambique y en el océano Índico.
Iniciada a fines de abril por el gobierno francés,
esta operación colonial ha encontrado un fuerte rechazo entre activistas,
abogados, organizaciones políticas, sociales y sindicales en Francia y en las
Comoras (país formado por tres islas en el sureste de África, situado al
extremo norte del canal de Mozambique en el océano Índico).
Una ofensiva de odio xenófobo y racista
La movilización masiva de fuerzas policiales por el
ministro de Interior francés Gérald Darmanin y el gobierno marca la amplitud de
objetivos que busca esta operación. El gobierno ha enviado a Mayotte
(departamento francés ubicado entre el Canal de Mozambique y el Océano Índico)
más de 500 refuerzos policiales desde la Francia continental, unidades
especiales de gendarmes como el Grupo de Intervención de la Gendarmería
Nacional (GIGN), Raid (unidad de élite de la policía nacional francesa) y más
recientemente la unidad 8 de los antidisturbios. La operación Wuambushu marca
un giro histórico en el gobierno de los territorios de ultramar francés,
incluso en Mayotte donde el derecho de excepción ha justificado siempre métodos
incluso más violentos y xenófobos con los que tratar a la población de las
islas y a los migrantes que provienen de otras islas del archipiélago de
Comoras.
Esta ofensiva policial marca un giro autoritario,
donde la periferia colonial francesa será el terreno de experimentación para la
represión policial. Recordemos el rol de cuerpos policiales como la unidad 8 de
antidisturbios, bien conocidos por la represión a estudiantes de secundarias y
las manifestaciones durante las movilizaciones contra la reforma de las
pensiones. Una suerte de “unidad comando”, su utilización en Mayotte es el
retorno de unidades de antidisturbios tras treinta años de ausencia en los
territorios de ultramar y que busca demostrar la eficacia del nuevo plan de
mantenimiento del orden de Macron.
Erigida como un claro “escaparate” de la lucha
contra la inmigración, solo cabe recordar los términos usados por sus
ejecutores para comprender su naturaleza, como lo hizo Djamaldine Djabiri,
representante del sindicato policial SPG-Police. Este resumía la situación
desde el punto de vista de quienes maquinaron este desastre: “la operación
Wuambushu es un experimento que mostrará que la lucha contra la inmigración
clandestina es ante todo una cuestión de medios”. Recordemos que efectivamente
los objetivos que buscaba eran: luchar contra la delincuencia (es decir
detenciones masivas); destrucción del 10% de las viviendas informales de la
isla (en plena crisis de la vivienda en la isla, su destrucción supone enviar a
miles de familia a la calle); expulsiones masivas (pasando por el
encarcelamiento generalizados de personas detenidas en los Centros de Detención
Administrativa antes de su deportación a islas como Anjouan y la separación
forzada de familias enteras). Wuambushu es una operación policial masiva que
consiste en una verdadera caza de pobres.
El gobierno de Macron desea obtener una “victoria”
en Mayotte, pero se trata también de una campaña de propaganda para un régimen
que busca, a pesar de los reveses causados por la movilización contra la
reforma de las pensiones, sacar adelante su nueva ley migratoria.
Mayotte, colonia francesa: ¡fuera el imperialismo!
Sin embargo, la dramática situación social de la
isla donde cerca del 80% de sus habitantes viven por debajo del umbral de la
pobreza, no es en ningún caso responsabilidad de quienes llegan a Mayotte
tratando de huir de la miseria de su isla de origen, ya sea de una isla del
archipiélago de las Comoras o de Madagascar. Francia tiene una responsabilidad
colonial histórica en el subdesarrollo del sudoeste del Océano Índico y en
particular del archipiélago de las Comoras. Mayotte fue conquistada para
asegurar los intereses del Estado francés en la zona, sin ningún miramiento por
la población. Al mismo tiempo, la miseria del resto del archipiélago,
alimentada por la política francoafricana, ha alimentado flujos migratorios que
siempre han existido entre Mayotte y Anjouan, y frente a los que el Estado ha
endurecido constantemente el acceso a permisos de estancia y a la nacionalidad
francesa para extranjeros en Mayotte. Esta situación se agravó enormemente con
la puesta en marcha de la “Visa Balladur” en 1995, que destrozó familias
enteras, al colocar a propósito a personas en un estatus de sin papeles,
empujando a los jóvenes a situaciones de precariedad extrema y llevando a la
muerte de miles de ellos en los viajes en canoa entre las islas del
archipiélago y Mayotte.
Al igual que en aquel momento, actualmente en el
marco de la operación Wuambushu, esta situación se ha desarrollado con la
complicidad y lealtad de las “elites” (burguesías) locales y de las Comoras.
Las declaraciones de Salime Mdéré, vicepresidente primero del consejo
departamental de Mayotte llamando al asesinato de menores aislados en directo
en la cadena Mayotte Première, así como las múltiples declaraciones
reaccionarias de Estelle Youssouffa, diputada del grupo LIOT(grupo
parlamentario mixto y de diputados de territorios de ultramar) no son más que
la cara visible de la radicalización de una clase dirigente que, en especial a
partir de los años 60, ha participado enormemente al reforzamiento de la
opresión colonial en Mayotte y a su mantenimiento durante la V República.
La burguesía de Mayotte, actualmente el principal
agente de la intervención Wuambushu, es desde los años 60 una clase que lleva a
cabo una política activa para la consolidación del colonialismo y las políticas
reaccionarias de Francia en el Océano Índico. Una muestra de la conciencia
política de estas mismas élites es que no dudaron en recordar al gobierno
francés la centralidad de Mayotte para los intereses geopolíticos franceses,
como hizo recientemente Estelle Youssouffa: “Total ha pausado sus actividades
en Mozambique, pero ha anunciado que las reanudará y que está preparando el
terreno, si se me permite la expresión. La cuestión es también hacer saber a
todo el ecosistema petrolero y del gas que trabaja en la región que nosotros,
nosotros tenemos interés en que sigan trabajando en la región, que hay que
hacer un esfuerzo particular para la seguridad, para estabilizar esta región y
que nosotros, nuestro interés desde Mayotte, que está a 500 kilómetros de
Mozambique, es que los esfuerzos de la comunidad internacional sean desplegados
para estabilizar la región.”
Es una vez más que esta política se persigue en
nombre de los intereses históricos del Estado francés en el archipiélago de las
Comoras y en el Océano Índico. La presencia francesa en el sudoeste del Océano
Índico y en el Canal de Mozambique le permite, entre otras cuestiones, defender
los proyectos de gas de Total, de continuar controlando las rutas comerciales
de la zona (un 30% de las exportaciones mundiales de petróleo) y de mantener
una base militar central para sus intereses imperialistas en África y en el
resto del mundo. La operación no busca en ningún momento mejorar la vida de la
población, una parte de la cual va a ser víctima directa de Wuambushu. Más allá
de sus discursos sobre una nueva política para África, Enmanuel Macron y sus
ministros se sitúan en la línea de derecha de la África francesa y su política
imperialista en la región desde los años 60.
Como explica Pierre Caminade en su obra
“Comores-Mayotte: una historia neocolonial”:“La isla de Mayotte se encuentra en
la bifurcación de las problemáticas de la política africana de Francia y su
política de ultramar”.
Además de su importancia como posición estratégica
en el Canal de Mozambique, Mayotte es un puesto avanzado de la presencia
militar francesa en la región con una guarnición permanente de Legión
Extranjera en la isla y el despliegue de las Fuerzas Armadas de la Zona Océano
Índico (FAZSOI) compuestas por 1700 hombres en la isla de la Reunión. Las
posesiones coloniales de Francia le permiten a esta tener un lugar privilegiado
en el control del comercio y la represión de la piratería, formas indirectas de
presión militar imperialista constante sobre los países del Cuerno de África,
así como un control de islas como Madagascar, las Seychelles y Mauricio. Su
presencia militar es también un punto de apoyo en África, en la frontera de
Mozambique y en la de Tanzania, las FAZSOI por ejemplo fueron desplegadas
durante la “operación Turquoise” por Francia en Ruanda en 1994.
En las botas de la África francesa en las Comoras:
la “colonización consentida”, la otra cara del neocolonialismo de los
“barbouzes” en las Comoras
La “colonización consentida” por la burguesía
mahoraise y consolidada a bombo y platillo mediante anuncios sobre los
resultados de referendos y otros plebiscitos de anexión y departamentalización
se basa en la política del divide y vencerás, una vieja tradición
francoafricana y del orden colonial. El hecho de que Mayotte sea actualmente
una isla donde el 80% de la población viva bajo el umbral de la pobreza, en una
región donde las otras islas viven aún peor, está ligado a los mecanismos de
expolio más o menos oficiales y más o menos violentos que permiten a Francia
ganarse a las burguesías locales bajo sus intereses.
Como demuestra la posición de la Unión de las
Comoras, un estado construido a base de múltiples golpes de Estado militares
organizados por mercenarios franceses cuya figura más conocida sigue siendo Bob
Dénard (jefe de un grupo mercenario anticomunista que participó en múltiples
golpes de Estado en África). El mantenimiento de la Unión de las Comoras en un
constante expolio sistemático de sus riquezas y bajo control de los “barbouzes”
franceses (agentes de la inteligencia francesa y miembros clandestinos de la
policía) es una de las demostraciones más violentas de la política
franco-africana en la región que ha mantenido, frente al retroceso histórico
del sistema colonial francés en los años 60, políticas de agresiones
semioficiales sistemáticas. Entre estos golpes de Estado y la sangrienta
represión colonial que Francia ha perpetrado en el Océano Índico, comenzando
por 1947 en Madagascar, después en los años 60 y 70, así como su apoyo al
gobierno del apartheid sudafricano contra los movimientos de liberación en
Mozambique bajo dominio portugués. París ha supuesto siempre un freno al
desarrollo histórico.
La Unión de las Comoras es un ejemplo más entre
otros, quizás de los más violentos, de la política francoafricana en sus viejas
colonias. El mantenimiento sistemático de la miseria en el archipiélago y la
colonización consentida de Mayotte han llevado a una construcción identitaria
esquizofrénica. Francia ha generado una oposición histórica entre pueblos
hermanos. Ahora que el régimen sufre una importante crisis, Wuambushu recuerda
los todavía existentes orígenes coloniales e imperialistas de la V República,
encarnados históricamente en figuras como Michel Debré, redactor de su
constitución.
El asunto del control de Mayotte históricamente ha
generado debate entre los representantes de París en la África francesa, los
mercenarios y los fundadores de la V República. Desde Pierre Caminade, Jacques
Foccart, el “señor francoafricano” de Charles De Gaulle, y Michel Debré,
estaban en desacuerdo sobre mantener Mayotte como colonial y del grado de
opresión “necesario” en el archipiélago de las Comoras. Mientras que Debré
reivindicaba una política departamentalista como cortafuegos ante la extensión
de ideas independentistas, especialmente en la Reunión, Foccart insistía en el
control de un gobierno independiente (formalmente) de las Comoras controlando
los hilos desde el exterior. Finalmente ganó la postura de Debré. Con los
métodos tradicionales de la África francesa, la isla fue aislada del
archipiélago de las Comoras en 1974, contradiciendo completamente el derecho
internacional y a pesar de las múltiples condenas por parte de la Asamblea
General de la ONU.
El imperialismo francés no es impune en Mayotte
La multiplicación de reveses que ha vivido Francia
con la operación Wuambushu puede ser relativizado. Si los primeros recursos
presentados contra la Operación Wuambushu pudieron suspender temporalmente la operación,
esta desgraciadamente ha vuelto a ser puesta en marcha. Por su parte, el
gobierno de Azali Assoumani, presidente de la Unión de las Comoras, ha
bloqueado por un tiempo la entrada de barcos con expulsados en el archipiélago
en las primeras semanas, una posición temporal que ha sido corregida después de
que el gobierno se alinease con los intereses franceses. Los reveses puntuales
que ha debido sufrir París, en un primer momento, no son sin embargo sin
importancia y muestran el carácter particular de la represión colonial en los
territorios integrados en la V República.
A pesar del derecho derogatorio permitido por la constitución, los territorios de ultramar siguen siendo territorios donde las contradicciones internas del régimen francés y el retroceso de su imperialismo se aprecian más. A diferencia de Mali en 2014, por ejemplo, donde la Francia de François Hollande intervino con el apoyo de una parte de la población, que estaba en contra de los irredentistas tuaregs, y sobre todo con el apoyo del gobierno maliense de entonces. El gobierno no puede "hacer lo que quiera" en Mayotte y comportarse como una verdadera potencia ocupante con total impunidad. Los imprevistos judiciales indican también las contradicciones de la operación puesta en marcha podrían resurgir rápidamente. Las imágenes de miembros de colectivos de ciudadanos mahorais exigiendo la operación, a algunos metros de familias compuestas por habitantes de Mayotte y nacionales de las Comoras que hacen frente a la destrucción de sus viviendas consideradas “insalubres” son una demostración concreta de este tipo de contradicciones que podrían tomar un giro muy rápidamente. Más aún, las consecuencias de la crisis económica y social que atraviesa la isla, de la quiebra de la Sanidad, ya enormemente deficiente, y más recientemente, el impacto de la inflación podría generar enormes dificultades a Macron y a sus ministros que pensaban lograr una “victoria fácil” en el terreno político y mediático gracias a Mayotte.
En todo caso, la lucha contra un escenario reaccionario catastrófico que podría ir más allá de esta única operación debe ser a través de la construcción de una gran campaña anti-imperialista en Francia y en el conjunto de las colonias que Francia mantiene en todo el globo. Sin esto, el declive del imperialismo francés en el mundo y la crisis de régimen de la V República dejaran espacio a corrientes reaccionarias y de extrema derecha. La construcción de un movimiento de solidaridad de clase y anticolonial contra Wuambushu y el gobierno francés son la condición de posibilidad de poner un freno a la agenda reaccionaria del gobierno y dar confianza a sectores que actualmente, en Mayotte o en las Comoras, quieren oponerse a la política del gobierno francés y a la complicidad del gobierno de Azali Assoumani pero a día de hoy permanecen callados frente a la vehemencia de la extrema derecha mahoraise.
Contra el imperialismo francés, nos oponemos a la
operación Wuambushu y recordamos que Mayotte es una colonia arrancada al
archipiélago de las Comoras por los mecanismos más perverso del África colonial
francesa. Frente a la miseria de Mayotte y del conjunto del archipiélago de las
Comoras, ni el Estado francés, que tan solo defiende sus intereses, ni el
gobierno reaccionario y autoritario de Azali Assoumani, que practica la
persecución sistemática de la oposición y que es cómplice del imperialismo
francés ofrecen ninguna solución a la población. Tan solo con un combate común,
en alianza con los trabajadores franceses y africanos, se puede buscar solucionar
la situación. El conjunto de organizaciones políticas y sindicales del
movimiento obrero y la juventud francesa deben reaccionar a esta situación para
construir una política que combata hasta el final las raíces del imperialismo
francés a escala internacional, al igual que deben combatir a Macron y sus
contrarreformas en la Francia continental.
Como afirmamos desde Révolution Permanente en una
reciente declaración contra la operación, lucharemos al lado del conjunto de
organizaciones sindicales y políticas del movimiento obrero de las Comoras,
Mayotte y Francia para exigir:
-El final definitivo de la operación Wuambushu así
como del conjunto de las políticas de persecución policial a personas sin
papeles y migrantes, en Mayotte y en Francia.
-La regularización
de todos los sin papeles y apertura de fronteras.
-El fin de
los mecanismos de expolio que mantienen al archipiélago de las Comoras en
subdesarrollo, comenzando por la abolición de la deuda externa y del franco
comoriano.
-El reconocimiento de los crímenes coloniales
franceses en Comoras, Madagascar y en el Océano Índico.
-La retirada
de Francia de las islas robadas por el gobierno francés a Madagascar y a
Mauricio (Nosy Malagasy).
-La retirada
del conjunto de fuerzas militares francesas del Océano Índico y de África.
-El derecho a una verdadera autodeterminación para
el conjunto de colonias francesas en el Océano Índico que no podrá darse en el
marco de la dominación imperialista actual con regímenes puestos a punta de
pistola. Una verdadera liberación del conjunto del Océano Índico del
imperialismo no podrá ocurrir sin combatir por una Federación Socialista de
Estados de África del Sur, Comoras, Madagascar y las Islas Mascareñas.
Durante la publicación de este texto, supimos de una grave noticia política: el brasileño Partido Socialismo y Libertad sufrió una escisión, tal y como lo previmos en Comunistas Cuba desde el 6 de enero. Acá dejamos el comunicado emitido por la corriente escindida: ¿Por qué la CST rompe con el PSOL?
Aprovechamos también para volver a divulgar la convocatoria
al 2do. Evento Internacional León Trotski. En este caso, publicamos un enlace directo al formulario donde se registran las ponencias virtuales. El link para acceder al mencionado documento aparece en el siguiente post de Marcio Lauria, uno de los principales coordinadores del 2do. Evento Internacional León Trotski.