El deber de cada comunista es hacer la revolución y la revolución solo se hace con las trabajadoras y trabajadores oprimidos. Al parecer, la burocracia cubana ha olvidado este hecho y declara que las protestas que tienen lugar en Irán hace más de un mes son provocadas desde el extranjero. En el momento en que los voceros de la burocracia cubana dicen este absurdo, debieran recordar que la Revolución islámica que tuvo en Irán en 1979 fue dirigida por el Ayatolá Jomeini desde el extranjero. Debieran recordar también que la caída del zar en marzo de 1917 tuvo lugar a raíz de fuertes protestas encabezadas por mujeres. Es triste que el gobierno cubano y organizaciones izquierdistas de otros países hayan caído en la degradación política de justificar la represión que lanza la teocracia iraní contra las miles de mujeres que se han lanzado a la calle. Esta es la misma burocracia y aliados que calificaron de contrarrevolucionarias las protestas del 11 de julio y las del pasado septiembre 29 e inicios de octubre. Es cierto que la derecha siempre intentará monopolizar el descontento en ambos casos: la bandera del Sha eventualmente ha aparecido en las protestas y las protestas en Cuba reciben el apoyo de la contrarrevolución de Miami. Sin embargo, en ambos casos no es la derecha quien lideró las protestas. Y en ambos casos las protestas tienen una completa justeza. La burocracia cubana y sus voceros promovieron un avanzado Código de Familias: es hora de que sean coherentes y apoyen las protestas en Irán. Es obvio que la burocracia cubana no romperá con la teocracia iraní -uno de sus principales aliados-, pero de manera individual cada marxista cubano debiera revisar su postura ante las protestas en Irán: o apoyan a un gobierno que asesina personas solo por el hecho de ser gays, lesbianas y además apoyó a quienes asesinaron a una muchacha por llevar “mal puesto” el velo o están con las miles de mujeres que salen a protestar en Irán contra la represión misógina, machista y capitalista. Que Irán sufra ataques de Estados Unidos no quiere decir que sea un país revolucionario, ni que por eso haya que apoyarlo. No se puede apoyar a un Estado que además también encarceló y ejecutó comunistas.
En consonancia con el internacionalismo comunista, reproducimos esta vez el exhaustivo comunicado que el Secretariado Unificado de la IV Internacional publicó acerca de las protestas en Irán.
¡Solidaridad con el movimiento de protesta en Irán!
Desde el 16 de septiembre, Irán está sacudido por las protestas generalizadas contra la política de la camarilla gobernante. Estas protestas se desencadenaron tras el brutal asesinato de la joven Jîna (Mahsa) Amini, que fue golpeada hasta la muerte por la “policía de la moral”. La duración y la extensión de las manifestaciones a todas las partes del país y a casi todos los estratos de la población atestiguan un descontento y una ira muy arraigados que van más allá del rechazo al código de vestimenta profundamente restrictivo del régimen para las mujeres. Las causas residen también en una situación social que lleva años empeorando para amplios sectores de la población y en la represión masiva.
A diferencia de las movilizaciones anteriores, como la rebelión contra el fraude electoral (2009) o las protestas contra el aumento de los precios de los combustibles (2019), la principal consigna hoy es “¡Abajo la República Islámica!” Después de un mes de protestas, el movimiento sigue en pie y se extiende.
En comparación con las décadas pasadas, la penuria social de la población es hoy aún mayor. Más de la mitad de la población vive por debajo del nivel de subsistencia y sale adelante con muchas dificultades. La asistencia sanitaria es ahora aún más insuficiente de lo que ya era. Los daños ecológicos son enormes, con una grave escasez de agua, la desertificación y la deforestación que afectan sobre todo a la población rural, y altos niveles de contamina-ción del aire y del agua en las ciudades.
Lo que llama la atención y entusiasma es que el movimiento está liderado por mujeres jóvenes, incluidas estudiantes de instituto. Esto se alimenta de la historia de las luchas y movimientos de las mujeres en Irán desde antes de la revolución de 1979. El apoyo popular se basa en un odio, ahora ampliamente compartido, al régimen y a la corrupta camarilla teocrática que domina y explota el país, enriqueciéndose hasta convertirse en multimillonarios en dólares.
El hecho de que el movimiento haya durado tanto y a tan amplia escala, a pesar de la dura represión, sólo puede explicarse por la rabia que sienten sobre todo las generaciones más jóvenes. Amplios sectores de estudiantes de secundaria y universidad, que se resisten a con-finarse y salen a la calle a luchar por una vida distinta.
La segunda particularidad de la ola de protestas de hoy es que se ha extendido desde la ciudad natal de Jîna (Mahsa) Amini, en el Kurdistán, a todo el país. Por ello, el cántico kurdo “Jin Jiyan Azadi”, traducido al persa como “Zan Zendegi Azadi”, se ha convertido en el lema principal del movimiento actual. En el Kurdistán, el rechazo al régimen teocrático y la lucha por la autodeterminación tienen una larga tradición y se expresan con fuerza. La novedad es la magnitud de las protestas en Baluchistán, donde la opresión social y la pobreza masiva son las peores del país. La represión allí fue terrible, por ejemplo, el 7 de octubre, cuando más de 100 personas fueron asesinadas a tiros durante una manifestación en la capital de la provincia, Zahedan.
Y no hay que pasar por alto un tercer rasgo destacado: Desde hace una semana aumentan las convocatorias de huelga política, algo que no ocurría desde hace más de 35 años, desde el aplastamiento de los consejos obreros y las organizaciones de izquierda. Un primer sector de la industria petrolera de la provincia de Khuzistan, en el sur del país, está en huelga des-de hace una semana, evocando el recuerdo de 1979, cuando la huelga de los trabajadores del petróleo fue el preludio de una huelga general en todo el país. Sin embargo, las direcciones de los principales sindicatos independientes están casi sin excepción en la cárcel.
Corresponde exclusivamente al pueblo de Irán determinar su propio destino, con plenos derechos democráticos e igualdad de género, con libertad religiosa y secularidad, defendiendo los derechos de todas las minorías y trabajando por la justicia social y económica.
Por todo ello, pedimos:
- Ampliar el apoyo internacional de todas las fuerzas progresistas y de izquierda al movi-miento de protesta y revuelta en Irán contra la dictadura religiosa, por la defensa de las libertades democráticas, y por el desmantelamiento de la policía y las milicias que reprimen las libertades individuales especialmente de las mujeres.
- Expresiones de solidaridad internacionalista como mensajes de los movimientos de muje-res, sindicatos, asociaciones de estudiantes, etc. Para dar apoyo político y moral al movimiento. Animamos a los sindicatos a que discutan con sus homólogos formas prácticas de solidaridad; a las universidades a que pidan a sus homólogos que protejan la vida y la libertad de sus estudiantes; a los movimientos de mujeres y estudiantes a que establezcan vínculos con los movimientos de Irán.
- Apoyo a las manifestaciones públicas de solidaridad con el movimiento, convocado por las fuerzas progresistas de las comunidades iraníes en el exilio, esto es crucial.
- El fin de toda la represión en Irán y que las organizaciones de derechos huma-nos investiguen los crímenes cometidos por el estado en su represión de la población.
- Por el derecho a visados humanitarios principalmente para las mujeres y niñas, perseguidas y las personas LGBTIQ, que huyen de la represión en Irán.
¡Mujer, vida, libertad!
Zan, Zendegi, Azadi
Jin, Jiyan, Azadi
18 de octubre 2022
Buró ejecutivo