“Protestar ante el deterioro de las condiciones de vida no es ser contrarrevolucionario sino ejercer un derecho elemental ante las consecuencias del despotismo burocrático”, nos dice Myriam Bregman en esta entrevista exclusiva para Comunistas refiriéndose tanto a las manifestaciones del 11J, como a las ya frecuentes protestas[1] que tienen lugar en Cuba ¿Qué piensa La Rusa -como le dicen sus cercanos camaradas- sobre Fidel, el pluripartidismo en el socialismo o la vía electoral para la construcción del socialismo? La diputada nacional por el trotskista Partido de los Trabajadores Socialistas en el Frente de Izquierda de los Trabajadores – Unidad responde a estas y otras preguntas en nuestra nueva sección de entrevistas “Exclusiva para Comunistas”. Nos convertimos así en ser el primer medio de prensa cubano para el que Myriam Bregman ofrece una entrevista. Es que ese es uno de los principales deberes de Comunistas: que la clase trabajadora cubana, en especial la juventud, sepa que el socialismo no es el sistema al cual ha degenerado la burocracia cubana y que en el extranjero existe una izquierda internacionalista que está con las mayorías cubanas y no con la burocracia cubana.
1- El FIT-U ganó en las elecciones
parlamentarias de 2021 la cifra histórica de 1.300.000 votos, logrando una
bancada de cuatro diputados, de la cual usted es una de sus integrantes. Sin
embargo, cuatro diputados en todo un parlamento es una pequeña minoría ¿qué
puede hacer en un parlamento burgués una bancada trotskista de cuatro
diputados?
Myriam
Bregman (MB): Efectivamente, aunque en la última elección fuimos la tercera
fuerza política a nivel nacional, somos una minoría de diputados y diputadas
socialistas en la Cámara de Diputados. Sin embargo, nuestro rol allí es muy
importante porque llevamos la voz de las demandas de la clase trabajadora y una
perspectiva socialista al parlamento, amplificando fuertemente tales planteos,
instalándolos en el debate nacional; ya no solo está la mirada de los partidos
tradicionales, va apareciendo cada vez más la postura de la izquierda. Junto
con esto acompañamos las luchas en las calles y alentamos la movilización
extraparlamentaria del movimiento de masas, de los trabajadores y trabajadoras,
del movimiento de mujeres, del movimiento ambiental. Por ejemplo, ante la
discusión del acuerdo con el FMI, lxs diputadxs del FIT-U ni bien fuimos elegidos
nos pusimos a la cabeza de convocar a una amplia coalición para organizar las
movilizaciones en repudio a dicho acuerdo. Logramos agrupar más de 200
organizaciones y realizar cuatro movilizaciones multitudinarias en diciembre de
2021 y en febrero, marzo y julio de este año. La de marzo tuvo lugar mientras
sesionaba la Cámara de Diputados debatiendo el acuerdo, del que hemos sido la
principal oposición tanto dentro como fuera del Parlamento. Creo que es un buen
ejemplo de lo que podemos hacer aun siendo una minoría. Por supuesto, también
presentamos proyectos sobre distintos temas que juegan un papel centralmente político
aunque no sean aprobados por las fuerzas mayoritarias.
Nuestro
balance es que la acción parlamentaria de nuestro partido el PTS y del FITU en
general viene siendo muy positiva para colaborar en instalar a la izquierda
anticapitalista y socialista como alternativa a las fuerzas políticas que
representan los intereses de la burguesía, tanto el gobernante Frente de Todos,
como la derechista Juntos por el Cambio o la ultra derecha de los llamados
libertarios. Todo esto favorece el desarrollo de una conciencia de clase en
franjas de la clase trabajadora.
En
síntesis, intervenimos en el parlamento sin ninguna ilusión en que los
objetivos por los que luchamos vendrán por la vía parlamentaria, sino tratando
de continuar la mejor tradición del parlamentarismo revolucionario defendida
por la III Internacional cuando era dirigida por Lenin y Trotsky. Somos además
un partido internacionalista que lucha por reconstruir la IV Internacional
fundada originalmente por León Trotsky, perspectiva que sostenemos
conjuntamente con las distintas organizaciones que conforman la Fracción
Trotskista por la Cuarta Internacional, en Estados Unidos, América Latina y
Europa.
2- En el más reciente congreso del PTS
usted fue electa como candidata presidencial, ¿existen posibilidades de que
usted gane la presidencia? Si no es así ¿para qué ir a elecciones presidenciales
sabiendo que no se va a ganar?
En
tanto la mayoría de la población sigue confiando en la democracia burguesa es
una obligación de nuestra parte dar batalla en los distintos procesos
electorales, que son un momento donde hay interés político en la población en
su conjunto. Es una vía para popularizar nuestro programa antimperialista,
anticapitalista y socialista y, como decía Engels, “hacer un recuento globular
de fuerzas”: medir nuestra influencia política aun sabiendo que jugamos con las
reglas que no son las nuestras.
En
las últimas elecciones legislativas, por ejemplo, mi compañero Alejandro Vilca,
que es trabajador municipal de la recolección de residuos y de origen colla,
obtuvo un 25% de los votos en la provincia de Jujuy, saliendo diputado en un
distrito donde solo se eligen tres miembros al congreso nacional. En la
Provincia de Buenos Aires las listas de diputados encabezadas por Nicolás Del
Caño obtuvieron casi un 7%, una votación impresionante en números absolutos,
con más de 600.000 votos y resultados que van entre el 8 y el 10% en los
distritos del conurbano bonaerense, obteniendo por primera vez representación
en los concejos municipales en La Matanza, Merlo, Moreno y José C. Paz. Ahí
logramos captar el voto de parte importante de los desencantados con la
coalición peronista gobernante del Frente de Todos, que llegó al gobierno
prometiendo revertir el desastre hecho por el derechista Macri e hizo lo
contrario, siguió ajustando al pueblo y beneficiando a los empresarios. Incluso
ahora han puesto como superministro de Economía a Sergio Massa, un amigo de la
embajada de los Estados Unidos y de los grandes empresarios.
En
mi caso, logré un 8% de los votos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la
capital del país, donde hacía 20 años que la izquierda no podía lograr una
diputación nacional, cosa que esta vez conseguimos. A diferencia de otras
fuerzas de izquierda en el continente, que se proponen la gestión del
capitalismo, nosotros tenemos un objetivo revolucionario y luchamos por un
gobierno de la clase trabajadora basado en sus propios organismos de auto
determinación como fueron los soviets rusos. Pero mientras estos organismos no
estén desarrollados y no podamos reemplazar al actual estado burgués por uno de
los trabajadores y trabajadoras, y la mayoría de la población participe de los
procesos electorales, es una obligación para nosotros y nosotras dar la pelea
en este terreno, independientemente de si podamos lograr más o menos apoyo.
El
momento político actual es muy importante porque millones están haciendo
nuevamente la experiencia con el peronismo en el poder, pero en esta ocasión un
peronismo que ajusta al pueblo trabajador desencantando a su base social. ¿Significará
esto una ruptura política hacia izquierda de sectores relevantes de esa base
social? A favorecer el desarrollo de este proceso apunta nuestra intervención
en el terreno electoral.
3- ¿El FIT-U puede convertirse en un frente
unido que articule como FIT-U a movimientos sociales, sindicales,
estudiantiles, feministas y LGBTIQ o sea: el FIT-U mucho más allá de las
elecciones?
El
FIT-U es más que una coalición electoral en tanto tiene una intervención
coordinada en los parlamentos y reuniones periódicas donde discute
intervenciones políticas comunes de distinto tipo, como la que te mencionaba
ante el acuerdo con el FMI. Nuestros partidos participan también de numerosos
frentes únicos en los sindicatos, en el movimiento estudiantil, en el
movimiento de mujeres, en el terreno anti represivo y en el movimiento socio
ambiental.
Pero
el grado de acuerdos y desacuerdos existentes no ha permitido que se avance
hacia un partido común. Por ejemplo, tenemos diferencias ante la guerra entre
Rusia y Ucrania, que se han expresado en debates públicos que hemos realizado. En
nuestro caso hemos rechazado la invasión de Rusia, pero sin dar apoyo a
Zelensky que está totalmente alineado con la OTAN. Izquierda Socialista y el
MST se ubican en el campo de la “resistencia ucraniana” aun cuando está
comandada por la OTAN, lo que para nosotros es un grave error. PO, por su
parte, minimiza el derecho de Ucrania a su autodeterminación.
Por
otra parte, la articulación que planteás entre movimientos sociales,
estudiantiles, feministas y LGBTIQ en realidad excede al FIT-U incluso si fuera
un partido común, es una coordinación que debemos impulsar y en nuestro caso
impulsamos permanentemente, en la vía que pueda ser la base para el desarrollo
de organismos tipo “consejos” o como se llamen, que puedan jugar el rol de los
soviets en la Revolución de Octubre, y son a la vez la forma más avanzada del
frente único de las masas para la lucha y base de lo que sería un estado de la
clase trabajadora en el cual empecemos la construcción del socialismo. Más allá
de que organismos de tipo soviéticos en un sentido pleno solo pueden
desarrollarse en medio de un ascenso revolucionario de las masas, creemos que
hay que impulsar coordinaciones entre distintos sectores en todo momento que se
pueda, para ir creando una tradición y superar el estadio corporativo de las
distintas luchas y movimientos. En este sentido consideramos que los partidos
revolucionarios tienen que tener como norte impulsar organismos de este tipo.
Tal como lo hacía Lenin, vemos al partido y los soviets como aspectos
complementarios de una estrategia revolucionaria.
4- ¿Cree usted que se puede construir el
socialismo por la vía electoral?
Más
allá de creencias, la experiencia histórica demuestra que esto no es posible.
Como ha ocurrido con todas las clases dominantes a lo largo de la historia, la
burguesía no va a resignar sus privilegios si la clase trabajadora no la obliga
con su fuerza. Tenemos varios ejemplos en el siglo XX donde los capitalistas
fueron expropiados por vía revolucionaria, pero ni uno solo donde se haya hecho
esto por vía pacífica. Veamos sino el ejemplo de Chile en 1973 y la llamada
“vía pacífica al socialismo” que pregonaba Salvador Allende. La burguesía se
preparó y dio un golpe sangriento con Pinochet, auspiciado por el imperialismo
yanqui. Lo mismo ocurrió en mi país Argentina en marzo de 1976 cuando sufrimos
un golpe de estado que provocó un genocidio con 30.000 detenidos-desaparecidos.
Más recientemente en América Latina hemos presenciado golpes o intentos de
golpe de distinto tipo auspiciados por el imperialismo estadounidense aun ante
gobiernos que ni siquiera pretendían ser socialistas, sino que eran meramente
progresistas, como fueron los casos de Zelaya en Honduras o Evo Morales en
Bolivia, o los “golpes institucionales” contra Lugo en Paraguay o Dilma
Rousseff en Brasil. O también los intentos golpistas en Venezuela, contra
Chávez en el 2002 y con Guaidó después, que hemos repudiado activamente más
allá de nuestras críticas a los gobiernos bolivarianos. Justamente otro ejemplo
de la imposibilidad de llegar al socialismo por vía electoral es el caso
venezolano. Cuando Chávez hablaba de que estaban construyendo el socialismo del
siglo XXI, les decíamos: “¿socialismo sin destrucción del estado burgués y bajo
liderazgo de las fuerzas armadas?”. Y no nos equivocamos. Pese a la retórica de
los gobiernos de Chávez y Maduro, Venezuela nunca dejó de ser un estado
capitalista, más aún, siquiera logró diversificar su economía y hoy sigue
siendo completamente dependiente de la renta petrolera y de los minerales. Ni
bien cayeron bruscamente los precios del petróleo su economía se derrumbó. Es
decir, sería poco realista pensar que se puede avanzar en conquistar un
gobierno y un estado de lxs trabajadorxs y comenzar la construcción del
socialismo sin grandes acciones revolucionarias protagonizadas por la clase
trabajadora y el conjunto de los explotados y oprimidos, sin terminar con el
estado burgués y poner en pie otro tipo de estado, uno de las y los
trabajadores y trabajadoras. Aspiramos a una revolución protagonizada por las
amplias masas trabajadoras desarrollando sus propios métodos de lucha, en
particular la huelga general.
5- Ante un posible estallido social como el
que tuvo lugar en Argentina el 20 de diciembre de 2001 ¿El PTS estaría
dispuesto a dirigir a la clase trabajadora a la toma del poder y comenzar así
la construcción de un Estado socialista?
Eso
no depende de nuestra disposición sino de la influencia que tengamos y de cómo
se desarrolle el proceso. En diciembre de 2001 la rebelión popular no se
expresó en términos claros de clase, como fue por ejemplo el Cordobazo en 1969,
sino que los sectores de trabajadores que estuvieron en las calles el 19 y 20
de diciembre lo hicieron disueltos en la multitud. Es cierto que a partir de la
caída del presidente De la Rúa ganaron protagonismo los movimientos de
desocupados, las fábricas recuperadas y, más efímeramente, las asambleas
populares. Pero los sectores ocupados de la clase trabajadora fueron contenidos
por la burocracia sindical y casi no tuvieron protagonismo en aquellos días.
Esto se explica en parte porque la clase obrera venía de una serie de duras
derrotas en la década de los ’90 y la izquierda clasista también era muy débil
cuando ocurrieron esos hechos. Hoy somos más fuertes y los trabajadores en
parte han recompuesto sus fuerzas, aunque la clase obrera está fragmentada y
nuestro peso es por el momento minoritario. Si ocurriese un proceso
revolucionario por supuesto que intentaríamos influenciar su desarrollo y que
terminase con la conquista del poder por parte de la clase trabajadora, pero
que eso ocurra es algo que excede meramente nuestra voluntad.
6- Usted como abogada defensora de los
derechos humanos y militante trotskista ¿Qué considera de las formas que el
gobierno cubano empleó para contener a las protestas del 11 de julio y las
sanciones posteriores a los detenidos?
Creo
que las protestas del 11 de julio, en lo esencial, expresaron un descontento
legítimo ante el empeoramiento en las condiciones la vida de parte importante
de la población cubana. Aunque el proceso de incremento de las desigualdades
sociales viene de hace años, entiendo que la caída brutal en los ingresos del
turismo provocada por la pandemia y la forma en que se produjo la unificación
monetaria, acrecentaron el malestar de los sectores más vulnerables del pueblo
trabajador. Esta fue la base de las protestas, según ustedes mismos han
señalado. Sobre esta protesta legítima quisieron montarse sectores contrarrevolucionarios
y llevar agua para su molino, pero de ninguna manera fueron los organizadores o
protagonistas centrales de las protestas. Vemos que el gobierno cubano utilizó
esto para desacreditar el conjunto de las protestas y perseguir a quienes
participaron en ellas. Desde un primer momento rechazamos esta política
persecutoria y represiva frente a reclamos justos realizados por sectores que
nada tienen que ver con los grupos contrarrevolucionarios organizados desde
Miami, reclamando su libertad y el fin de las persecuciones.
7- ¿Cuál usted cree que debe ser la
postura de la izquierda marxista internacional para con el gobierno cubano?
Lo
primero es repudiar el criminal bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba y las
distintas sanciones aplicadas contra el país. En ese marco, nosotros somos
críticos del régimen de partido único y del despotismo burocrático vigentes.
Defendemos la libertad para los partidos que defiendan las conquistas de la
revolución, es decir, que se opongan a la restauración del capitalismo en la
isla, y la plena libertad para la organización sindical de los trabajadores y
trabajadoras y por la independencia de los sindicatos respecto del estado, una
posición por la que batalló Lenin en la Unión Soviética hacia finales de la
guerra civil rusa. Es falso que las únicas alternativas posibles sean un
régimen burocrático de partido único o la democracia liberal.
Nosotros
defendemos una democracia de las y los trabajadores, basadas en consejos del
tipo como fueron los soviets rusos en los primeros años de la revolución de
octubre, donde sea el pueblo trabajador el que participe activamente en todas
las decisiones tanto políticas como en la planificación democrática de la
economía, donde rija lo que Trotsky llamaba el “pluripartidismo soviético”.
Esto en el caso cubano implica la legalidad para todos los partidos y fuerzas
políticas que no se planteen la vuelta al capitalismo. A la vez creemos que el
gobierno cubano ha tomado medidas que han favorecido el incremento de la
desigualdad social y el desarrollo de una burguesía o proto burguesía en la
isla, que presiona en favor de una restauración plena del capitalismo. Son
medidas que van en el sentido de la “vía china” o la “vía vietnamita”, que
defienden abiertamente sectores del gobierno y del Partido Comunista, de apertura
al capitalismo y que, de seguir desarrollándose, va a tener como resultado
terminar con las conquistas que quedan de la revolución.
No
se nos escapa que Cuba vive nuevamente una situación económica muy complicada.
Pero ella solo se puede enfrentar con la libre deliberación de trabajadores,
campesinos, estudiantes, científicos, en suma, del pueblo cubano planificando
democráticamente la economía y decidiendo las medidas a tomar. Al contrario de
la combinación de apertura económica y autoritarismo político que existe hoy,
se trata de poner en pie una amplia democracia de las y los trabajadores sobre
la base de la defensa de la economía nacionalizada surgida de la revolución.
8- ¿Qué cree usted que debiera hacer la
izquierda crítica cubana en la crisis económica y política por la cual hoy
atraviesa Cuba? ¿Cuál debe ser la postura de la izquierda crítica cubana ante
la burocracia?
En
primero lugar saludo la existencia en Cuba de una izquierda crítica que
cuestiona la política gubernamental desde los intereses de la clase trabajadora
y la lucha por el socialismo en la isla y a nivel internacional. Sería una
pedantería de mi parte pretender dar una respuesta acabada a esta pregunta sin
estar presente en el país. Solo puedo limitarme a plantear algunos lineamientos
generales que espero les sean de utilidad. Como señalaba en la respuesta
anterior, parto de las dificultades que crean tanto el bloqueo, que repudiamos
incondicionalmente, como la actual situación internacional y de la
imposibilidad de construcción plena de una sociedad socialista en un solo país.
Esto no quita, sin embargo, que se puedan obviamente dar pasos en la
construcción del socialismo, aun en una sociedad económicamente atrasada, como
la propia experiencia de la revolución cubana demostró. Sobre la base de la
propiedad socializada, la planificación económica debe ser llevada adelante
por las masas mismas, en forma democrática, que son quienes deben decidir cómo
se asignan y utilizan los recursos económicos disponibles, incluso si es
necesario permitir en ciertas áreas la actividad del capital privado y con qué
límites, pero siempre en base al monopolio estatal del comercio exterior y a
que se mantenga el carácter público de los sectores estratégicos de la economía.
Creo también que se debe reclamar por la libertad de organización sindical
de la clase trabajadora. Según conozco, en áreas que se han abierto al
capital privado las condiciones de trabajo son deplorables, con jornadas de
trabajo que superan las 12 horas en los paladares y otras actividades. No puede
haber privilegios para quienes cuenten con acceso a moneda extranjera. También hay
que defender la plena libertad de expresión artística y cultural, partiendo de
los lineamientos del famoso Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente
escrito por Trotsky y Breton en México. Y, como señalé antes, plantear
la legalidad para todos partidos que defiendan la revolución y se opongan a la
restauración del capitalismo, planteando el fin de todos los privilegios de la burocracia
y de la proto burguesía.
9- ¿Cómo Myriam Bregman ve al Che Guevara y
a Fidel Castro?
Sin
dudas ambos tienen el gran mérito de haber dirigido la primera revolución donde
se llegó a expropiar a la burguesía y expulsar al imperialismo en América Latina,
es decir que adquirió un carácter socialista. El Che fue un internacionalista
consecuente y ejemplo revolucionario para toda una generación, con sus puntos
fuertes y también sus puntos débiles, que creo podemos discutir desde nuestra
admiración a su entrega revolucionaria.
A
mi entender el Che fue volviéndose crítico del papel de la Unión Soviética
luego del triunfo de la revolución, cuya mayor expresión fue su discurso en la
Conferencia de Argel. Fue quien afirmó que la revolución sería socialista o una
caricatura de revolución, enfrentando la estrategia de alianzas con sectores de
la burguesía y de “revolución por etapas” que sostenían los Partidos Comunistas
en América Latina y, más en general, en los países coloniales y semi
coloniales. En esta definición el Che se acercó a lo que para Trotsky era el
primer aspecto de la teoría de la revolución permanente, el que señala que las
tareas de la independencia nacional respecto del imperialismo y la revolución
agraria solo pueden darse si el proletariado logra acaudillar al campesinado y
hacerse el poder. También el Che fue quien más chocó con los dirigentes que
provenían del estalinista Partido Socialista Popular, y cuestionó tempranamente
los privilegios burocráticos que iban germinando en el nuevo régimen
revolucionario. Desde el Ministerio de Industrias, el Che alentó el debate
sobre la planificación económica, invitando incluso a Ernest Mandel a la isla
para que intervenga en el debate sobre cómo esta debía llevarse adelante,
planteando la diversificación de la producción como alternativa a la dependencia
del monocultivo del azúcar. Una batalla en la que el Che no logró que se lleven
adelante sus posiciones. A mi juicio uno de sus puntos débiles centrales era su
visión de que debido a la opresión política de los gobiernos dictatoriales y
pro imperialistas y al alto grado de pobreza y explotación del campesinado
bastaba que un grupo de revolucionarios decididos y con capacidad de manejo de
las tácticas guerrilleras empezara su acción para que se desarrollase un
proceso revolucionario, a partir de una lectura, creo que parcial en este
aspecto, de las condiciones que permitieron la victoria revolucionaria en Cuba.
Uno
puede preguntarse si el Che hubiese cambiado su punto de vista en este aspecto
ante el ascenso revolucionario con fuerte peso del proletariado y el movimiento
estudiantil que se desarrolló internacionalmente a partir de 1968, pero son
puras especulaciones. Lo cierto es que fue asesinado por la acción conjunta del
imperialismo yanqui y la dictadura boliviana cuando estaba luchando por llevar adelante
sus ideas.
En
el caso de Fidel, a quien nadie puede negarle el mérito de haber dirigido un
proceso revolucionario a pocas millas de los Estados Unidos y haberse logrado
mantener pese al bloqueo criminal, creo que el precio pagado por la ayuda
soviética terminó siendo muy caro, ya que progresivamente se tomó como modelo
de gobierno revolucionario el régimen de partido único y el autoritarismo burocrático
vigentes en la Unión Soviética, así como la tesis del “socialismo en un solo
país”. Incluso en 1968 Fidel apoya la intervención soviética en Checoslovaquia,
adoptando como propio el discurso oficial de Moscú sobre la llamada “primavera
de Praga”. Luego, aconsejó a los sandinistas “no hacer de Nicaragua una nueva
Cuba”, es decir, que la revolución que volteó a Somoza no tomara un carácter
socialista. En Cuba pese a la intervención del movimiento de masas en la revolución
no hubo nunca algún tipo de organismos de auto organización parecidos a lo que
fueron los soviets rusos, y eso explica en parte el tipo de liderazgo de arriba
hacia abajo ejercido por Fidel y el carácter crecientemente autoritario que fue
tomando el conjunto del régimen. Y con esto no me refiero a la legítima represión
a los contrarrevolucionarios sostenidos por el exilio gusano y el imperialismo
yanqui sino al ahogo de la vida política y cultural más en general y la
persecución a los disidentes que hubo por izquierda, empezando a la realizada
tempranamente contra los trotskistas cubanos o, en otro plano, la homofobia y
la lesbofobia desarrollada por décadas.
10- ¿Qué mensaje tiene Myriam Bregman para la
clase trabajadora cubana?
Que
no es cierto que la alternativa a la situación actual sea profundizar el camino
de la restauración capitalista sino todo lo contrario. Es el pueblo trabajador
el que debe tomar en sus manos las riendas del estado y dar nuevo impulso a la
revolución, hoy amenazada tanto desde fuera por el imperialismo como desde
dentro por las medidas que incrementan la desigualdad y favorecen el desarrollo
de una nueva burguesía impulsadas por el gobierno. Protestar ante el
deterioro de las condiciones de vida no es ser contrarrevolucionario sino
ejercer un derecho elemental ante las consecuencias del despotismo burocrático.
Se trata de oponerse por izquierda, no por derecha, al actual estado de cosas,
y por eso la relevancia de diferenciarse políticamente de toda variante que
favorezca la restauración capitalista. Cuba es parte de América Latina y
esperamos algún día poder avanzar para conformar una Federación de Repúblicas
Socialistas de América Latina y el Caribe.
Estamos
viviendo a nivel mundial una nueva actualización de la “época de crisis,
guerras y revoluciones” que ha caracterizado la etapa imperialista del
capitalismo. Los mayores padecimientos de las masas y las brechas existentes en
el sistema mundial por las disputas por la hegemonía de las grandes potencias
auguran que más temprano que tarde vamos a ver también en este siglo el
desarrollo de nuevos procesos revolucionarios, que volverán a poner ante la
prueba de la historia la posibilidad de avanzar en la construcción del socialismo,
y que este no tenga el rostro del dominio burocrático sino el de una democracia
de las y los trabajadores, superior a la más democrática de las democracias
burguesas. El capitalismo no tiene nada más que ofrecer que más desigualdad,
guerras, hambre, y hasta el colapso planetario. Es nuestra obligación hacer el
mayor esfuerzo posible para evitar que se continúe esta barbarie, y hacer que
todos los recursos económicos, científicos y tecnológicos estén al servicio de
la emancipación humana y no del enriquecimiento de unos pocos. Al servicio de
este objetivo ponemos las publicaciones de la Red Internacional La Izquierda
Diario y las publicaciones de Ediciones IPS, que buscan recrear una cultura
marxista revolucionaria para terminar con este sistema de explotación y
opresión.
Lea también en esta sección de entrevistas: Romina del Plá, entrevista exclusiva para Comunistas
[1] En solo tres semanas
han tenido lugar en Cuba protestas en Los Palacios, Santiago de Cuba y Holguín
-entre otras sin confirmar-, manifestaciones cada una con alrededor de 200
personas. Lo que puede parecer algo normal en cualquier otro país es un hecho
relevante en Cuba. Quienes han salido a manifestarse se arriesgan a ser
condenados por un severo Código Penal, tener sanciones desmedidas como contra
una parte de los detenidos el 11 de julio o ser despedidos; lo cual se hace más
riesgoso en una manifestación pequeña.