136 395 cubanos han emigrado a Estados Unidos por la frontera con México desde enero hasta junio, según la Oficina para la Protección de Aduanas y Fronteras de EE.UU. Con un promedio mensual en 2022 de 22 732 cubanos emigrando a Estados Unidos por esta vía, al terminar julio habrán, como mínimo, ingresado otros 10 000 cubanos, elevándose la cifra a más de 145 000 personas.
A la vuelta de la esquina…
Por Tanto Nariño II
Rousseau dijo en algún
lugar que un signo de buen gobierno es el crecimiento de la población, que, en
última instancia, la labor de un gobierno es la conservación y prosperidad de
sus miembros, y una buena señal de que esto ocurre es cuando el número de
ciudadanos se incrementa. Esto no se da en todos los casos, hay países donde la
mayoría tiene aseguradas buenas condiciones de vida y aun así la población no
solo no crece, sino que disminuye. De todas formas es algo a tener en cuenta
cuando se analiza un país.
En Cuba está ocurriendo
ahora mismo una nueva ola migratoria, que parece ser, según los datos registrados,
la más grande de los últimos 40 años, y eso que en estas cuatro décadas han
ocurrido migraciones masivas como la del Mariel en los 80, la de los balseros
en el 94 o la lenta pero constante migración de los 2000 en adelante. En al menos siete meses, han partido más de 140 000 cubanos, eso representa más de un
1% de la población del país. Es solo un dato*, pero en ese número se resumen
demasiadas cosas.
Empecemos por el análisis macro social. Es consenso entre los cubanos que la razón principal de salida del país es por una cuestión económica o material, pero esto no significa que no sea además política como veremos más abajo. A fin de cuentas, lo económico siempre es político, eso lo aceptan hasta los espadachines del régimen.
Económicamente el país
ha decrecido en los últimos dos años más de un 12%, la crisis mundial, el
bloqueo norteamericano y sobre todo la ineficientísima labor del gobierno han agudizado las precariedades que ya de por si
vivía el pueblo cubano. La tarea des-ordenamiento, la inversión en turismo en
plena pandemia, el descuido de la agricultura y otros sectores productivos como
el azúcar (con la peor zafra en 100 años), la demostrada ineficiencia de la mal
llamada empresa estatal socialista, que solo debería ser llamada empresa
estatal-burocrática, la falta de mayores reformas que las emprendidas (reformas
que han sido propuestas por los mejores economistas del país durante años),
todo ello ha provocado un desastre total, una inflación galopante, una escasez
terrible, un apartheid social en las “mal llevadas y traídas” tiendas
MLC, una reducción en gasto social y “gratuidades indebidas” y un deterioro
impresionante en todos los servicios brindados por el Estado como sanidad o
educación, agua o electricidad. Todos estos problemas vienen de lejos, pero hoy
están en un momento acumulativo extremadamente delicado. Bastaría mencionar la generación energética, que
siempre es deficitaria, provocando apagones en todo el país y las reiteradas
preguntas de la agobiada población sobre si no fue posible prever esta crisis
de generación de energía. Estos apagones
probablemente provocarán protestas como la de Los Palacios o el cacerolazo en
Santiago.
En el aspecto político,
estamos frente a un aumento de la represión y del autoritarismo. Después de las protestas populares del 11J se rompió el leve vínculo que quedaba sobre la
naturaleza del Estado burocrático-represor y muchas personas; eso de que las
fuerzas militares y policiales nunca agredirían al pueblo se mostró falso. La
máxima de Maquiavelo de que la primera misión de un gobierno es conservarse, se
confirmó una vez más. ¿Cómo lo pudimos dudar? Hoy hay centenares de presos
políticos y condenas que buscan específicamente escarmentar e intimidar a los
futuros manifestantes, no tanto hacer cumplir escrupulosamente la ley.
Ya no se hace política
en Cuba, no se responde con ideas, se responde con violencia, porque las ideas
han mostrado su debilidad, porque el discurso oficial no convence a muchos,
solo a un par de locos habitantes honorarios de Saturno, que pisan Cuba con sus
pies, pero sus mentes parecen volar en el gigante gaseoso.
Los cubanos llevan
mucho tiempo yéndose de la Isla en busca de un mejor futuro, por razones
personales, porque los ancianos que aquí viven tienen una existencia muy
precaria, nadie quiere ser ese anciano que trabajó 50 años y que ahora vende
tres lápices y un paquete de café en la esquina para buscarse 4 pesos, ese
viejo que está en total soledad porque sus hijos se han marchado. La jubilación
en Cuba no alcanza ni para un cartón de huevos y un pomo de aceite, es otro
escenario que alienta al éxodo.
El futuro de la nación
es bien oscuro. Haciendo un análisis demográfico nos damos cuenta de que solo
un milagro podría salvarnos. Primero, Cuba es el país con menor natalidad del
continente desde 1978, según datos de Carmelo Mesa Lago. Esto se ha ido
acentuando a lo largo del tiempo, tener un hijo hoy en Cuba es casi una locura,
con perdón para las madres recientes. Conseguir un coche, culeros, leche, etc,
etc, es muy difícil. Criar a un niño en condiciones decentes es ahora mismo
algo al alcance de un grupo muy reducido de personas. Si a eso le sumamos la
migración, que es principalmente joven, y que el sector con más peso
demográfico son los mayores de 60 años, estamos ante una tormenta perfecta.
El gobierno cubano
parece no hacer nada consistente para revertir esta situación, pero esa no es
la cuestión. La cuestión es que el gobierno no puede; porque realizar los
cambios necesarios para el país sería perder parte importante del poder que
detentan, socializar la economía, darle verdadero protagonismo a los obreros y
no a los burócratas, facilitar la creación de pequeñas y medianas empresas e
invertir en un ambiente que les permita crecer, democratizar las instituciones
políticas, permitir la libertad de prensa y expresión, de reunión y asociación,
todas esas son cosas que no caben bajos sus esquemas, nunca cupieron. El pueblo
sabe que el gobierno no va a poder resolver la complicada situación actual, por
mucho que se esfuerce y convoque a la agotada población, ello y el deterioro
constante y progresivo de su nivel de vida provocará, tarde o temprano (es la
lógica a que lleva este análisis), nuevos estallidos sociales; el próximo 11J
está a la vuelta de la esquina.
*Desde que el 22 de noviembre pasado Nicaragua eliminara el requerimiento de visado para cubanos, comenzó en Cuba una nueva crisis migratoria motivada por la grave situación económica por la cual atraviesa la isla. Contratando a los conocidos "coyotes" -redes de tráfico ilegal de personas vinculadas directamente con el narcotráfico- miles de cubanos viajan a Nicaragua para atravesar toda Centroamérica e ingresar a Estados Unidos por la frontera con México. Los países centroamericanos y México le exigen visa a los cubanos -siendo regla la negación de visado a los cubanos o la dilación con el objetivo de agotar al solicitante y este desista de continuar el trámite-. Por tanto, el hecho de que el gobierno de Daniel Ortega haya eliminado el requisito de visado para Cuba, resulta para los cubanos la única vía de acceso rápido a Estados Unidos. Como ejemplo de la discriminación migratoria de los países de América Latina con Cuba, está Argentina quien en la región solamente pide visado a Haití, República Dominicana, Antigua y Barbuda y Cuba; una decisión "diplomática" obviamente movida por la segregación económica.
El viaje guiado por los coyotes desde Nicaragua hasta Estados Unidos cuesta entre 4 000 y 6 000 dólares. Según sea el costo, según será la oferta de mayor o menos calidad. Algunos cubanos viajan horas en contenedores que dentro tienen dos niveles solo separados por unas maderas, colocadas para poder trasladar el doble de personas que caben en un contenedor. En otras ocasiones, campamentos habilitados para 30 personas albergan a más de 100. Sin embargo, el trayecto "VIP" incluye una visa mexicana que evita el trayecto por Centroamérica donde se exponen a ser detenidos por las autoridades. La norma ha sido que en su casi totalidad los migrantes cubanos detenidos antes de llegar a Estados Unidos caen bajo las autoridades mexicanas, quienes, al mismo tiempo, aceptan sobornos de las redes de traficantes de personas. Las redes de coyotes pagan un porcentaje al narcotráfico, algo que se lo hacen saber a quienes viajan con ellos, pues les dan un "salvoconducto" donde, si fueran detenidos por el narco, demuestran que ya están pagando. Esto no impide que no pocos cubanos hayan sido secuestrados, exigiendo los captores cifras de 2000 o 3000 dólares pagadas por los familiares de Estados Unidos.
Debido a la condición migratoria especial que tienen los cubanos en Estados Unidos, cuando estos llegan a territorio estadounidense de inmediato se les permite establecerse, trabajar, acceso al sistema de salud pública, más una ayuda especial por un año. Todo lo contrario a los migrantes de otros países que ingresen ilegalmente a Estados Unidos, quienes, de ser capturados por las autoridades migratorias estadounidenses, son deportadas a su país de origen. Nicaragüenses y venezolanos gozan de similar condición migratoria a la de los cubanos pues evidentemente hay un tratamiento político.
Teniendo en cuenta que la eliminación por parte de Nicaragua del requerimiento visado para Cuba inició el 22 de noviembre y, partiendo que solo se ofrecen datos públicos de manera mensual, se puede contabilizar la actual crisis migratoria desde diciembre hasta junio -siendo este el último mes del cual ha informado la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos-. De ese modo, en la crisis migratoria actual -sin contar aún julio y midiendo desde diciembre a junio- han ingresado a Estados Unidos por la frontera con México 143 074 cubanas y cubanos. La información completa se puede acceder en el siguiente link.
Para obtener la cifra se debe seguir la siguiente metodología: filtrar por Año Fiscal -FY- y país. De esa manera usted podrá acceder al siguiente gráfico: