Desde Kiev nos envían este artículo de opinión sobre la invasión rusa a Ucrania. Su autor, Oleg Yasinsky es un amigo y camarada que ya ha colaborado anteriormente con Comunistas, específicamente dando su punto de vista sobre las protestas en Cuba del 11 de julio. La visión de Oleg Yasinsky como ucraniano y como socialista -para quien la invasión rusa es su cotidianidad y no un aislado escenario- resulta una herramienta valiosa en la compresión de los actuales sucesos. Oleg Yasinsky es un gran amigo del pueblo cubano, por lo que nos ha visitado en varias ocasiones. Aún en medio de la guerra, Oleg sigue siendo solidario enviándonos este texto: correspondamos en solidaridad y compartamos este artículo para que el mundo sepa cómo vive y ve la invasión rusa un socialista ucraniano amigo de Cuba.
Desde el acuario
Por Oleg Yasinsky
La conciencia sigue negando la realidad de lo que sucede. Este crimen y el terrible error del poder ruso, es una consecuencia directa de una serie de acciones criminales de Occidente, previamente calculadas. El Occidente soñó tantos años con este escenario, a pesar de las muchas protestas hipócritas que desde allá suenan hoy. El ejército ucraniano resiste y Occidente está dispuesto a luchar contra Rusia, hasta el último ucraniano, para luego tomar control de un campo de batalla humeante, hasta Vladivostok, y así establecer en nuestros países bárbaros, una democracia tipo la Libia de hoy.
Es muy difícil, casi imposible, desde el actual horror, no sentir una justa indignación y un shock que no se quita, poder divisar un cuadro completo de todo lo que está más allá del campo de batalla, para poder ver allí las saciadas y satisfechas fachas de los titiriteros. Todos fuimos lanzados al pasado para quitarnos la posibilidad de entender el futuro que nos prepararon. Esta guerra no empezó ayer y la libra el sistema que gobierna al mundo en todas partes, y simultáneamente, contra toda la Humanidad y con todos los métodos. Esta es la verdadera “guerra híbrida”. No es contra los países y sus gobiernos, es contra la Humanidad y sus intereses son exclusivamente económicos, si no fuera así, el Swift seria desconectado para toda Rusia y no solo para ciertos rubros de su economía, los que no perjudican los intereses de Occidente.
Como siempre, en la lucha por una causa justa de turno, el Occidente está dispuesto a sacrificar las poblaciones de países enteros, pero ni un céntimo de sus potenciales utilidades económicas. La actual guerra entre Rusia y Ucrania, promete ser un negocio prácticamente ideal.
Nacimos en el mundo de ayer y fuimos educados por los libros, películas e historias de ayer, la lógica del actual mundo globalizado es tan diferente, que en ella a veces no funcionan las leyes ni razonamientos acostumbrados para nuestra conciencia, es como el tiempo que corre en el Cosmos, que es diferente al de la Tierra.
Muchos se acordarán de la metáfora sobre un pececito en un acuario, incapaz de percibir por completo una cara al otro lado del vidrio. Tratando de entender el significado de la tragedia de hoy, nos veo como pececitos que corren dentro de un acuario en una mesa que tiembla de los bombazos: un nacionalista ucraniano dispuesto a dar la vida por su tierra invadida por un ejército extranjero, un ruso convencido de que no hubo otra salida para defender a su pueblo de los evidentes apetitos y provocaciones del Occidente, un activista de izquierda con sus dogmas e intentos de luchar contra el fascismo y capitalismo (y lo más importante la pantalla televisiva mundial) que recién se quedó sin argumentos. Todos ellos viven en un tiempo, en donde los dedos de alguien, de vez en cuando, echan la comida, regulan la temperatura y el contenido químico del agua del acuario.
Es necesario construir otra mirada. Para las corporaciones y el capital financiero en el mundo actual, las fronteras no existen. Las fronteras solo son para los ciudadanos que siguen muriendo por sus intereses. Las guerras son una estación de tiempo obligatoria en la economía capitalista, para sacar a los países industriales ricos de las crisis cíclicas, y quizás esta crisis no sea cíclica sino final. Es de lo poco que ya se ve con toda claridad desde este lado del vidrio del acuario. ¿Cómo la humanidad puede salir de un espectáculo mundial sangriento? Tal vez primero que nada deberíamos aprender una conducta masiva, colectiva, que no sea lógica para el sistema. Dejar de responder a los estímulos y emociones que nos introducen desde arriba y que nos hace tan predecibles.
Esta guerra de Rusia contra Ucrania es criminal, como infinitamente cobarde el rol de Occidente, que buscará la máxima duración y las máximas pérdidas para todos nosotros, con el objetivo de obtener el control definitivo y completo sobre todo el espacio post-soviético. Es parte de un plan muy bien pensado con todos los detalles igual que la ingeniería de los hornos de gas de los campos de concentración. Hoy es importante una sola cosa: no dejarnos subir en un tren que se dirige para allá, un tren común para todos.