Mientras en Argentina la izquierda marxista obtenía este domingo un importante triunfo electoral, en Cuba tiene lugar una crisis política de la cual, por el momento, es la derecha quien obtiene beneficios políticos.
A Claudia, que cree más en la lucha de masas
No estilo escribir artículos en primera persona. Me
parece un tanto de mal gusto y hasta un poco ególatra. Pero esta vez me resulta
necesario. Este domingo viví sentimientos encontrados. Sabía que el Frente de
Izquierda de los Trabajadores – Unidad iba a obtener buenos resultados en las
elecciones legislativas, pero me asombró que pudieran colocar cuatro diputados
en el Congreso. Muy pocas veces el trotskismo ha logrado un triunfo político
como el vivido en Argentina este 14 de noviembre. Sin dudas es un hecho
histórico.
Sin embargo, me resultaba embarazoso publicar esta
alegría en las redes sociales. En La Habana hay una tensión que se puede cortar
el aire con un cuchillo. He hecho explícita una y otra vez mi posición políticaante la marcha convocada por Archipiélago, inicialmente a realizarse el 20 de
noviembre y ahora el 15, es decir, hoy. Fundamenté y mantengo que la izquierda
crítica cubana no debe salir a marchar este 15 de noviembre porque sería
hacerlo con sectores derechistas. Pero también siempre reclamé el derecho a
manifestarse libremente.
Con sus acciones, el Gobierno cubano, como muchas veces, construye
su oposición. Con su penoso hostigamiento contra el dramaturgo Yunior García, esta
vez el Gobierno ha construido un Vaclav Havel tropical. La burocracia fue
incapaz de percatarse que era políticamente oportuno permitir la denominada
Marcha Cívica por el Cambio. Primero, para limpiar los excesos cometidos durante
las protestas del 11 de julio; segundo porque la derecha hubiera quedado
descolocada, carente de argumentos para decir que el Gobierno cubano es
represor. Pero las actitudes del Gobierno fueron las esperadas por esa derecha
que ha logrado crecer gracias a la torpeza política del Estado.
No tiene sentido que un gobierno despliegue todas sus
fuerzas para evitar una marcha de poco más de 100 personas. Demuestra desde
torpeza hasta inseguridad ¿Cómo puede ser que un Gobierno entre en tensión solo
por unas pocas personas? Con sus actos, las autoridades le han dado visibilidad
nacional a una persona y un acontecimiento que no trascendía las redes
sociales. El hostigamiento que ha vivido el dramaturgo Yunior García, con mayor
fuerza desde ayer domingo 14, ha generado solidaridad e indignación. La fachada
de la casa de Yunior García fue cubierta por una gran bandera cubana. Cuando la
levantaron, estaba en la ventana Yunior García con una rosa blanca en la mano. Mejor
performance no se le hubiera ocurrido al joven dramaturgo cubano.
A modo de telón, la bandera cubana develó a Yunior García
en medio del escenario político. Por si fuera poco, los tramoyistas son los
represores. Así ha sucedido: por sí solo Yunior García no hubiera podido hacer
llegar su discurso a 11 millones de cubanas y cubanos. El Gobierno ha colocado
a Yunior García en medio del escenario político. Pareciera a veces que quienes realizan
estas acciones quisieran dañar al Gobierno.
La propaganda oficial se dedicó a crear un estado de
opinión donde la sociedad cubana viera en la marcha del 15 de noviembre protestas
que inevitablemente terminarían en hechos de violencia y vandalismo. Algunos centros
de trabajo ni siquiera abrieron este lunes y en muchas instituciones se
conformaron grupos para defender a sus sedes de posibles ataques. La convocatoria
de Archipiélago era por completo diferente a la imagen que trataba de crear la prensa oficial. La marcha era contra la violencia política y
estaba convocada por intelectuales que no habían cometido ningún hecho de
violencia. Muestra de esto fue que la manifestación del convocada por Yunior García el 11 de julio a las afueras del Instituto Cubano de Radio y Televisión fue de un carácter
completamente pacífico. Cuando el joven dramaturgo fue detenido, junto a quien
sería después el segundo representante de Archipiélago, Leonardo Fernández
Otaño, no presentaron resistencia. Sin embargo, el clima de tensión vivido hoy
en La Habana se correspondía a una situación de violencia. Finalmente, más allá
de las detenciones y hostigamientos frente a las casas de determinados
opositores, la marcha no tuvo lugar y la jornada ha transcurrido de manera tranquila.
Mientras tanto, la apatía política crece entre la
juventud cubana. Por el contrario, en Argentina, miles de jóvenes se lanzaron
voluntariamente a luchar durante meses para que el FIT – Unidad tuviera buenos
resultados en las elecciones parlamentarias. El ejemplo telúrico de que un
colector de basura haya entrado al elitista congreso burgués, habla de cuán lejos
puede llegar una organización marxista si realiza un buen trabajo político. Los
representantes de la burguesía rabiarán cuando el camarada Alejandro Vilca tome
la palabra. La oligarquía argentina intentará detener por todos los medios el
avance de la izquierda marxista. Cuando no pueda hacerlo por la legalidad
burguesa, construirán casos falsos para expulsar del parlamento a los cuatro
diputados trotskistas, e incluso, echará mano de la violencia política
paraestatal.
El FIT – Unidad no es la única fuerza del marxismo
revolucionario argentino. El ejemplo de Política Obrera con Jorge Altamira y
Marcelo Ramal al frente o la agrupación revolucionaria Democracia Socialista, son
dos de los mejores ejemplos de ello. La casi nula presencia del clásico Partido
Comunista Argentino en el terreno político contrasta con el fuerte avance del
FIT – Unidad. El impacto negativo de la herencia dogmática del estalinismo no
solo está presente en la teoría. Argentina es un ejemplo práctico de cómo el
estalinismo y el dogmatismo provoca que un partido comunista caiga en el
ostracismo político. Esto traduce que solo los marxistas revolucionarios podrán
detener el avance de la ultraderecha y construir una sociedad donde la clase
trabajadora disfrute de todos los bienes y derechos.
No olvidemos las circunstancias en que ocurre el triunfo
electoral del FIT – Unidad. Tristemente avanzó la derecha macrista y la
ultraderecha de Milei. La alianza derechista Juntos obtuvo 2 millones de votos
más que el Frente de Todos. La ultraderecha de Milei colocó a 5 diputados en el
Congreso. Esto se debe a que el Frente de Todos toma medidas económicas cada
vez más parecidas a la reacción macrista. Sumado a esto, la solución que hizo el
peronismo ante la crisis política generada por las PASO fue derechizar el
gobierno. Ahora están pagando las consecuencias.
Cuando un sistema político está en crisis, las fuerzas
comunistas y ultraderechistas avanzan. Las primeras, debido a que la clase trabajadora
se radicaliza; la segunda, porque al estar en crisis el sistema capitalista, el
neofascismo se presenta como salvador de la estabilidad. Mientras los
comunistas proponen construir una sociedad nueva, la ultraderecha propone
conservar y perfeccionar el sistema capitalista.
Algo similar ocurre en Cuba. En medio de la peor crisis
económica y política vivida en 30 años, la oposición de derechas avanza y la
joven izquierda crítica, crece discretamente. La burocracia mantiene un
discurso alejado de la juventud y por tanto, amplios sectores de una juventud despolitizada
sienten rechazo hacia el socialismo. Un ilustrativo ejemplo se pudo ver durante
las protestas del 11 de julio cuando, junto a las justas demandas de la clase
trabajadora, aparecían frecuentemente consignas derechistas coreadas por la
multitud.
Cuando la oposición habla de una futura Cuba “libre y
democrática” no especifica si claman por la libertad de mercado o por la
libertad de la clase trabajadora que solo puede alcanzarse socializando los
medios de producción; si es la democracia controlada por la burguesía o por la
clase trabajadora. He ahí donde entra el papel de la joven izquierda marxista
cubana.
Hoy Cuba amaneció con denuncias de arrestos y acoso a las
casas de opositores. Todo proyecto de socialismo que se ha intentado construir
sin libertad termina fracasando. La represión que impuso el estalinismo en la
Unión Soviética, expandiéndolo a nivel global, normalizó las prácticas
represivas en las organizaciones comunistas pro soviéticas. Las consecuencias
políticas de estas prácticas han impactando hasta hoy y es otro de los motivos
por los cuales la clase trabajadora argentina no se ve representada en el
Partido Comunista. Si bien el papel revolucionario que debió ocupar el PC
argentino ha sido sustituido por el trotskismo, difícilmente tras una eventual caída
del Gobierno cubano triunfará una Revolución socialista. De momento la derecha
está mucho mejor organizada y siempre contará con la fuerza del imperialismo.
Al parecer, el Gobierno cubano pretende instaurar el
modelo chino en todos sus aspectos: expandir el sector de la economía privada y
limitar los derechos civiles. Sin embargo, a diferencia de una China plagada de
emperadores despóticos, desde la fundación del primer Estado cubano -el 10 de
abril de 1869-, en Cuba siempre hemos sido ciudadanos. Sumémosle que la
Revolución cubana durante décadas creó conciencia política. La sumatoria de estos
dos factores político-culturales hace que al Gobierno cubano le sea mucho más
difícil reprimir que al Gobierno chino. Además, durante la transición china al
capitalismo, el gigante asiático no vivía la crisis económica que hoy sufre
Cuba. Es muy peligrosa la combinación de crisis económica con represión. La historia,
es decir, la lucha de clases, ha demostrado que solo triunfará el socialismo
construido en libertad.