La dicotomía de emplear los términos "negro" o "afrocubano" es aún un tema candente en la sociedad cubana. Este artículo pretende arrojar alguna luz al respecto.
Por Yasmani Castro, especialista en la cuestión racial
Muchas personas me
preguntan cuál es el término correcto para referirse a las personas negras que
viven en Cuba, debido a que existen, en ciertos momentos, resistencia con el
término afrocubano por algunos académicos. Amén de que por lo contrario, se
encuentra un gran grupo de personas con una determinada conciencia racial quienes
adoptan el término como un elemento de identidad. Para tratar de escudriñar los
detalles hay que ver la evolución histórica del término. Reconociendo también
que en cuestiones de identidad no hay concesiones, ni formas cerradas.
El primero que usó el término afrocubano fue Don Fernando Ortiz, en 1940 en su libro capital Contrapunto del tabaco y la caña. El mismo surge como una necesidad que tenía el sabio cubano para establecer una nomenclatura que le fuera factible en su estudio de identificar al negro cubano en los diferentes ensayos y reflexiones que hacía al respecto. Pero afrocubano no es más que un préstamo que Don Fernando Ortiz, toma de afroamericano.
El término que utilizan todos para referirse a los ciudadanos negros que viven en los Estados Unidos, si tomamos en consideración que los estadounidenses negros se reconocen primero como afroamericanos y después como americanos. Uno de los motivos de esa postura es que en Estados Unidos se fueron a la guerra de independencia primero y después fue que resolvieron el problema de la esclavitud con otra guerra conocida como la de Secesión. Cuestión contraria a Cuba donde la liberación de la colonización española y la abolición de la esclavitud eran cuestiones claves en el proceso de independencia. Es en ese punto la importancia que tiene Antonio Maceo, con la Protesta de Baraguá.
De esa forma, muchos
estudios e investigadores cubanos de aquel entonces empezaron a utilizar el
término afrocubano, cuestión patentizadas en la Sociedad de Estudios Afrocubanos, en la revista Actas de Folklore y en muchos libros de
autores como Lydia Cabrera, Rómulo Lachatañere, Argeliers León, Teodoro
Rodríguez Fabelo entre otros. Con el triunfo de la Revolución cubana y la
errática idea de que con decretos y leyes se eliminaría el racismo estructural,
el término afrocubano fue cayendo en desuso, además de ser un pecado porque la
idea que debía primar era la de cubanos. Aquellos que se aferraron a dicho
término como elemento de identificación era criticados y hasta cierto punto
reprimidos porque con el mismo se “vulneraba la unidad nacional” que debía
existir entre todos los cubanos.
Los decisores de
estas medida no eran capaces de entender que al no reconocer las identidades
particulares como la de afrocubanos -con el propósito de mantener la identidad
colectiva con el término de cubanos- se contribuyó a tomar un papel colonial, discriminatorio
y por ende racista. Cuestión está que en los debates históricos de principios
de los años sesenta del siglo XX Walterio Carbonell, lo recalcaba en su libro
Cómo surgió la cultura nacional. Por lo contrario de Miguel Cofiño, quien
desfigurada el termino y todo lo que representaba, en su magistral libro Cuando
la sangre se parece al fuego. Todo esto amparado en la idea la creación del
“hombre nuevo”.
Por mucho tiempo esta
visión esquemática primó en el discurso oficial del país; hasta que en los años
noventa empieza a derribarse con los argumentos y posiciones de muchos
intelectuales y escritores negros, los cuales habían alcanzado una conciencia racial derivada de las propias medidas y condiciones que había establecido la
Revolución cubana; paradójicamente, en su esquemática forma de concebir las identidades
particulares donde el ser afrocubano primaba. Uno de esos escritores fue Tomas Fernández
Robaina, con su libro El negro en Cuba, 1902-1958, continuando con otros
intelectuales como Tato Quiñones, Roberto Zurbano, Gisela Arandia, Ramón Torres
Zayas, Zuleica Romay entre otros. Este grupo de intelectuales son el producto de la Revolución
en su visión diversa y plural que ayuda a construir las visiones particulares
de los negros en Cuba, lo que contribuyó al mayor realce de la conciencia
racial.
Entonces es a partir de aquí que surge con
mayor fuerza el término afrocubano el cual tiene mayor incidencia dentro del campo
intelectual, el activismo social y la intervención comunitaria. Como es el caso
del término "afrocubanas" el cual está presente en el título del libro de Daysi Rubiera e
Inés María Martiatu; o el Directorio y
la revista Afrocubanas publicaciones
periódicas que se encargan de develar el universo de las mujeres negras
cubanas. En materia comunitaria está la Alianza
Afro-Cubana quien estructura su visión más abarcadora porque además de la
visión afro está presente la mirada de la comunidad LGTBIQ+.
Por lo tanto aquellos
que se denominan como afrocubanos o afrocubanas por lo general son personas que
han adquirido una conciencia racial; que les permite tomar dichos términos como
elemento de identidad y resistencia contra el racismo. Mas los otros que lo critican
son personas que siguen estableciendo el discurso de la unidad nacional; sin
entender las individualidades particulares a las cuales tiene derecho cada
persona. También están los que desconocen la impronta de la terminología a
nivel de los imaginarios sociales de los hombres y mujeres negras de Cuba. Este
fenómeno que no es particular en personas de un determinado color de piel, sino
que se encuentra en ambos grupos raciales.
En mi visión, yo, me
identifico en primera instancia como cubano y después como negro cubano; pero
no me molesta el término afrocubano. Ya que el mismo encierra en su devenir histórico
una carga de lucha y resistencia a nivel simbólico contra el racismo; y el no
reconocimiento de las identidades individuales derivadas por los sectores
estalinistas de la Revolución cubana, en su afán de formar al hombre nuevo.
Dicho hombre que fue el encargado de tirar abajo ese imagino social
estrictamente colectivo; para empezar la construcción de los individuales donde
el término afrocubanos y afrocubanas tiene una gran preponderancia en este
siglo, sobre todo después de las celebraciones en el 2011 del Año de los Afrodescendientes.