¿TODES ROBAMOS EN CUBA?

Por: Antonio Rodríguez Galeano



Me acerqué más al grupo porque una mujer con bata de casa gritaba: "¡Se quema la TRD!". Una calma inaceptable dominaba el ambiente, mientras yo intentaba domar mi instinto compulsivo por hacer algo. La actitud de los otros era como una camisa de fuerza sobre mi conciencia, pero la relajación se adueñó de mis brazos al escuchar aquella frase: "Cuando viene una auditoría el gerente quema el almacén, para no dejar rastros del robo". 

Lo que verdaderamente llamaba la atención, era la inmovilidad de aquellos cuerpos en el medio de la calle Neptuno, en Centro Habana. Me molestaba y al mismo tiempo comprendía a los vecinos del lugar, mientras contemplaban inmutables aquello, que en otros momentos hubiera causado un gran ajetreo. No se veía una cadena humana pasándose cubos de agua para sofocar el incendio, como siempre ocurrió en este país. Eran zombies que fumaban lentamente y rumiaban humo mezclado con esa actitud llamada resignación. Fui testigo de la enajenación política popular en vivo y fue suficiente para decirme "algo tenemos que hacer".

Desde el punto de vista sociológico, me pareció un hecho trascendente, la manera en que las personas se manifiestan, cuando la incredulidad no es un tema a discutir. Era una constatación irrebatible del modo marxista de interpretación: "Es verdad -me dije- la gente actúa a partir de las vivencias impuestas por su dura y extraña cotidianidad, casi siempre".

Luego de aquel día, mi radar sonaba cada vez que veía en la prensa un hecho similar: " En horas de la tarde de este jueves, un incendio de grandes proporciones devoró el almacén de una cadena de tiendas en Camagüey... se investigan las posibles causas del suceso". Técnica del perfeccionamiento de las formas de "lucha" desarrolladas por nosotros los cubanos. 

Entonces. ¿Cuál es la verdadera causa de que tantos miles y miles de cubanos cumplen o cumplieron prisión por delitos económicos asociados al supuesto "robo empresarial"?

En el fondo de este iceberg que es la economía cubana y digo témpano para ilustrar mi sensación de estar congelados y a la deriva, en realidad, viene ocurriendo desde hace muchos años un forcejeo tremendo, un pugilateo constante por la apropiación de la plusvalía, que el trabajador siente, le es arrebatada.

La madeja se complica cuando se incorporan a esta riña, el jefe inmediato y, además, los jefes de ese jefe. Larga cadena en espiral. "Éramos muchos y parió Catana"- diría mi abuelo.

El obrero ordinario, normalmente, realiza sus "travesuras" en el transcurso del día y cuenta solo con su temeridad y una mochila. Sin embargo, los directivos todopoderosos cuentan con transporte. Es costumbre y ley no escrita en cualquier empresa o institución, dejar salir el carro del jefe, o las personas de "confianza", sin revisarles el maletero con su carga acompañante.

Los pretendidos representantes de las mayorías se conforman con criminalizar al pueblo en la tele y en la prensa por su actuar. "La gente es indisciplinada, se la pasan fumando y hablando por teléfono, no quieren trabajar(vagos) y, además, sustraen los recursos del estado". ¿Son ladrones todos los trabajadores que se llevan una lata de pintura, un saco de arena, o el que vende 10 litros de gasolina para poder llegar a fin de mes? ¿es terrible el torcedor de tabaco, que elimina unas hojas de capa, para prepararla en su fabriquita casera y el trabajador del puerto que se mete un Jurel entre las piernas, para luego venderlo o cocinarlo ese día? Los que compramos estas cosas, es decir, todos los cubanos, ¿somos cómplices de un delito?¿El hombre piensa a partir de lo que vive o no? 



¡Mi pueblo NO es un pueblo de ladrones! Mi pueblo sale día a día a trabajar y a luchar en condiciones de opresión económica y no se le deja otra opción que hacerlo para sobrevivir. Dejo fuera de esta compleja ecuación: al delincuente callejero inescrupuloso y al corrupto funcionario de cuello blanco, que con solo una firma obtiene millones.

Seguramente, por estas aseveraciones, los dogmáticos de siempre, intentarán el linchamiento mediático. Primero ridiculizando y luego invitando a otro debate de lo mismo con lo mismo. Dirán "ahora anda un loco por las redes diciendo que aquí la gente no roba". 

Que demuestren con argumentos lo contrario y no vengan a hablar los excepcionales seres, que se mantienen firmes en su honestidad y viven de un salario. Esos son muy importantes, pero siguen siendo minoría. Esto es una cuestión estadística y no casusística. 

Nadie se va a dejar morir, por más que lo criminalice un noticiero, un periódico o un blog. Digámoslo por lo claro ¡LA VIDA ES LEGAL!

LA "SOLUCIÓN BUROCRÁTICA


Lo descrito anteriormente no hace más que confirmar la eterna contradicción Capital-Trabajo, que la estatalizacion totalizadora no logra resolver, y por el contrario la vuelve crónica.

Un absurdo sugiere otro. ¿Cuál es la solución primera que encontró la burocracia para superar este fenómeno? Muy fácil. Como todos somos culpables pues tuto mundo va preso. ¿Cómo evitar el hacinamiento en las cárceles? Pues, muy simple. Abriendo más y más prisiones. 

¡Oh!, casualidad, en esta pelea, casi siempre, las "gentes con cargos" son las que vencen al "Juan sin nada".

La pretendida justicia social se va a la mierda, porque cuando un obrero toma sin permiso la parte que le correspondería, es decir, una porción de su plusvalor, entonces, es acusado por robo. Mientras, cuando lo hace un "cuadro del estado" es sancionado por un eufemismo llamado "desviación de recursos". 

Si los obreros y sus jefes obtuvieran más dividendos (monetarios, motivacionales, profesionales) con el resultado de su trabajo, sería un absurdo la pérdida de los recursos que les permitirían vivir mejor.




Habrá que entregarle a los decisores económicos y a los marxistas de oficina un "Tratado de Psiquiatría", para una mayor comprensión de la conducta humana. A este pueblo se le invitó a la lucha siempre bajo el ideal de que "todos somos iguales" y ahora actúa en consecuencia. Invito a todos los sociólogos del país a explicar este principio psicosociológico. ¡NADIE SE ROBA A SÍ MISMO! A ver, repitan todos conmigo. ¡NADIE SE ROBA A SÍ MISMO!

Por absurdo que parezca, esto es un elemental principio de la lógica y del derecho, que no acaba de ser asimilado por los propagadores del estalinismo y mucho menos por el economicismo inhumano derivado de este.

A falta de empatía con el que sufre, la burocracia impone su limitada visión del ordeno y mando, su soberbia. Por eso, es más fácil copiar el pretendido "socialismo" asiático, antes de extraer experiencias de nuestras propias realidades. Son tiempos de confusión y en este río revuelto Adam Smith es mas retwitteado que Carlos y Federico. Con solo una patada se aparece un Aristóteles. ¡Cuantos descubridores del agua tibia y el asado de la manteca! 

¡EUREKA! ¡ES LA PRIVATIZACIÓN DE LAS PYMES LO QUE NOS LLEVARÁ AL PARAÍSO! ¡NO ERA TAN DIFÍCIL. VENGAN TODOS A REPARTIRSE ESTE VIRGINAL PASTEL!

UN MITO FACILMENTE DESMONTABLE

Por oposición al sueño fallido del estatalismo burocrático, se extiende, sobre todo en nuestros jóvenes, el peligroso mito de lo privado como ideal de lo perfecto. Por suerte, la vida testaruda nos dice lo contrario. Muchas veces pensamos que poniendo un domador con látigo, se acaba el "robo" y no es tan así. A los dueños de bares y restaurantes se les ve estresados. Miles de dólares en cámaras de seguridad y el reconocible deseo de ponerle grilletes electrónicos con GPS a cada empleado, hablan por sí solos. 

El flujo laboral que ocurre en todo el entramado de lo privado y en las llamadas "cooperativas no estatales" rompe el récord olímpico diario, impuesto por la "empresa estatal socialista". Los explotes por "robo", además de frecuentes, van adornados de anécdotas novelísticas. "Desagradecido, que fui a buscarlo a su pueblo, comiéndose un cable es lo que estaba y mira el "paletazo" que me ha dado...a partir de ahora lo puedo ver muriéndose ..." 

En los emprendimientos privados, al igual que en los estatizados, los trabajadores, a espaldas de los propietarios, se las arreglan para autogestionar sus ganancias. Basta que el dueño salga a tomarse un fin de semana en la playa o un mes a Barcelona, para que los cocineros, dependientes y suministradores se pongan de acuerdo y compren los insumos necesarios, para elaborar y vender sin tocar los productos de la nevera.

Así mismo, albañiles y técnicos a pie de obra con los materiales de construcción. Si continuamos sin hacerle caso a la psicología humana, seguiremos sin explicarnos el curso natural que adoptan los trabajadores, cuando se ponen de acuerdo y se organizan en forma de "autogestión de guerilla". La fuerza de gravedad y la conducta humana no se pueden torcer solo con consignas o latigazos en la espalda.

Regularmente, cuando alguien es expulsado de un negocio privado o estatal, pasa a engrosar las filas de la delincuencia callejera, pues su antiguo patrón se encarga de llamar a todos sus contactos y advertirles sobre el caso. Resultado: más y más jóvenes van a la calle a luchar su vida como pueden. Todos lo sabemos: la exclusión y los privilegios son causa directa o indirecta de la violencia social, que vemos crecer, sin un plan integral para contenerla. 

La privatización de las empresas, al igual que la estatización continuada, crearían un cisma entre los que tendrán mucho y los que no tendrán nada, como mismo ocurre en los países capitalistas periféricos ¿Qué privilegio o don especial tenemos los cubanos a nuestro favor, para que aquí no ocurra lo mismo?

¿CÓMO SOLUCIONAR EL "ROBO" ENTRE TODES? 

Es verdad que en nuestro sistema, la plusvalía no pasa a manos de un dueño-persona, sino teóricamente va a parar a las arcas del Estado. Estado que luego intenta copiar a Jesús, repartiendo panes, peces y jabones, como si la distribución "justa" fuera su única y última misión.



En realidad, la riqueza empresarial debiera ser entregada a su dueño legítimo: la individualidad y el colectivo que la generan; porque es así como aparecería el sentido de pertenencia y la realización personal, grupal y por ende, la tan buscada productividad. Es así como la riqueza puede ser desbordada en forma de cascada hasta la comunidad, la sociedad. 

Solo el control obrero motivado puede resolver el problema del "robo" empresarial en Cuba y NO un ejército de inspectores de la ONAT, policías o el discurso déspota, amenazante. 

Es un imperativo estratégico adecentar nuestra sociedad y eso SE PUEDE ALCANZAR con la educación natural que emana del trabajo entre iguales. No es la educación escolar adoctrinadora, porque esta no crea convicciones, permeada como está, por las disfuncionalidades de las que somos parte todes: directivos, pofesores, periodistas, policías y jueces.

¿Cómo alguien enajenado puede des-enajenar al otre?



Responder esta pregunta no admite devaneos. La brújula debe señalar siempre hacia el modo de alcanzar la emancipación y la libertad, porque el ser humano trabajando, en, y por la equidad, suprime la ambición desmedida, se vuelve tolerante y solidario. Salvándose él, trabaja para salvarnos a todos. Pasemos a debatir abiertamente esa cuestión de fondo, haciendo el necesario viaje al centro de la tierra y dejemos de divagar montando platillos voladores o alfombras mágicas, hasta y desde China o Suiza.

Me excusan los creyentes optimistas y los invocadores de la fe, pero mientras el rol del obrero continúe relegado a un cuarto plano, después del director-gerente, el partido y el sindicato, la llamada descentralización de nuestras empresas estatales, será otro de nuestros evitables fracasos. ¿Más oportunidades a los directivos para manejar recursos a su antojo, sin el menor control obrero? ¡Par favor! que ya no somos niños de teta. 

No basta con editoriales triunfalistas, si la "mano de obra" continúa sometida por la dirección verticalizada. Comprendamos que el trabajador no es una apéndice, sino el corazón de la empresa.Tal vez, una de las cosas que más desmoraliza al modelo político cubano, es la puesta a dedo, desde arriba y sin revocabilidad de direcciones empresariales, y por tanto la imposibilidad de su surgimiento desde abajo, desde la masa. Cuando el mismo obrero y pueblo puedan ser sujeto de cambio, el mundo comenzará girar.

Debemos salir de este círculo vicioso que significa necesito-sustraigo recursos-prisión. Si algo nos anima, es que, por algo, cuando se habla con los que sudan la camisa, enseguidita te comprenden y te piden: "¡pero hace falta meterle mano a ese asunto, ya!" Ellos lo viven, ellos lo sufren. Escuchemos su visión.